Tokio, Japón. Está lejos de conseguir la afición que tiene en Japón el flamenco, pero la zarzuela lleva dos décadas intentando ocupar su propio hueco en tierras niponas sirviendo como puente para unir dos culturas tan lejanas como ajenas.
La idea se la trajo en la maleta la soprano Yumi Sakurada Ono cuando regresó a Japón en 1997 después de estudiar canción española y zarzuela en la Escuela Superior de Canto de Madrid, quizás contagiada por los escenarios del barrio de La Latina que habitó.
«Los japoneses no saben zarzuela, fundé la asociación y comenzamos a introducir obras en Japón para conectar a los dos países», dice a Efe Ono poco después de representar este martes una versión de «La Gran Vía», parte en castellano y parte en japonés.
La Asociación de la Zarzuela en Japón nació el 30 de enero de 2001 y está por lucir pronto sus mejores galas para celebrar el veinte aniversario con una serie de actuaciones en tres países de tres continentes.
En los esfuerzos para difundir ahora la zarzuela en tierras niponas participa una veintena de intérpretes, «chicos y chicas jóvenes» en su mayoría, cuenta Ono, que entonan con entusiasmo temas como los de «La Gran Vía» ofrecida hoy.
La asociación debutó en Japón en julio de 2001 con «Luisa Fernanda», en una sala de ópera, y desde entonces han sido muchas las representaciones del género chico y del grande que han subido a los escenarios nipones y españoles.
La soprano japonesa es consciente del peso que tiene el flamenco en Japón, el segundo país con la mayor afición en el mundo, después de España, pero también se defiende y sostiene que la zarzuela representa retos mayores para los intérpretes japoneses.
«Tenemos que hablar mucho y cantar en español. Es difícil para nosotros», dice Ono, recordando que el flamenco fundamentalmente es guitarra y baile, aparte del canto.
Pero, aun así, tiene otras razones de peso para defender la zarzuela frente al flamenco. «La zarzuela es castiza, es más alegría (…), más cómica; el flamenco es más oscuro», dice la soprano, también directora y guionista de teatro, radio y televisión.
«La Gran Vía», estrenada en 1886, con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde y libreto de Felipe Pérez y González, ya pasó al repertorio de la asociación nipona cuando se representó en septiembre de 2004.
Hoy, con las restricciones por la pandemia de coronavirus, subió al escenario del Instituto Cervantes de Tokio con un aforo reducido, mascarillas entre los espectadores y máscaras de plástico transparente para los intérpretes.
La función tenía que haberse ofrecido en junio, pero los sinsabores de la pandemia forzaron el aplazamiento hasta hoy, mientras Tokio intenta recuperar poco a poco su ritmo cultural tras las restricciones impuestas por el coronavirus.
En el escenario, sin decorados ni bastidores, «La Gran Vía» fue representada utilizando al alimón los cantos y el diálogo del escenario y lo ofrecido en un vídeo con algunos de los intérpretes teniendo como fondo imágenes del Madrid de los Austrias.
No faltaron los mantones de manila, y tampoco una pantalla en un lateral del escenario que reproducía el texto en japonés.
La Asociación de la Zarzuela en Japón tiene cuatro o cinco representaciones anuales. Se han llevado a escenarios nipones, pero también a los de ciudades españolas como las de Málaga o Salamanca.
La pandemia de coronavirus obligó a cancelar una gira por Granada, Salamanca y Madrid, pero la asociación quiere resucitar ese proyecto y realizarlo el año próximo con motivo del veinte aniversario de la fundación de la asociación, y su zarzuela también llegará a Bolivia.
Cuando a la soprano nipona se le consulta sobre cuál es la zarzuela que más le gusta, duda un poco, pero después de pensar dice que como representante del género grande «Luisa Fernanda», y del género chico «La Verbena de La Paloma».
EFE noticias
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