Santiago de Chile.- Los profesores de música chilenos, que tuvieron que adaptar el formato de sus clases ante la cuarentena por el coronavirus, han encontrado en la enseñanza virtual un método para que las melodías no dejen de sonar en los hogares pobres del país.
Con la suspensión de las clases el pasado 15 de marzo debido a la pandemia por coronavirus, los estudiantes chilenos llevan meses sin seguir un currículo con normalidad, primero afectado por la ola de protestas que empezó en octubre y luego paralizado durante el verano austral.
Como en todo el mundo, los músicos y docentes chilenos tuvieron que buscar la manera de sortear los obstáculos del confinamiento para que los alumnos no perdieran una herramienta «esencial para el ser humano», especialmente en tiempos de ansiedad y confusión.
«Sube medio giro hacia la derecha el tornillo del do», indica la violista Natalia Hidalgo a sus alumnos, a quien escucha con atención, con los ojos cerrados, a través de una videollamada.
La intérprete, que enseña a jóvenes de localidades pobres como Renca y Pirque, en la región Metropolitana, dijo que «lo importante es que haya continuidad para los niños».
«Me emocionó mucho una mamá de Renca, con una situación de vida compleja, cuando me dijo que su hijo de cinco años se pasó la tarde tocando el xilófono después de ver mi clase entera», confesó Hidalgo.
El músico Cristopher Aguilar, profesor en colegios de Quilicura y Huechuraba, en la periferia de Santiago de Chile, tuvo resultados dispares al iniciar la docencia a distancia: «A algunos alumnos les ha costado la clase online por la conectividad. No es para todo el mundo igual, algunos no tienen internet y tuvieron que ir a casa de sus vecinos».
Aguilar, que ha dado clases tanto en las comunas (barrios) más ricas de la capital chilena como en las más vulnerables, aseguró que «los estudiantes que tienen menos dinero son más aperrados (tenaces) y transmiten más agradecimiento por tener ensayos y conciertos».
El violinista admitió que echa de menos el contacto con ellos, hacer música juntos y tener conciertos porque la orquesta juvenil en la que participa es «como una familia».
El papel de la música durante la cuarentena
Pero, ¿por qué la música ha tomado un rol tan relevante en todo el planeta durante la cuarentena por el COVID-19?
«Es una forma de besarnos o tocarnos cuando está prohibido. Cantando no vamos a matar a ningún virus, pero ponemos en marcha unos mecanismos que son vitales y que nos suben el ánimo», explicó la musicoterapeuta Carolina Muñoz.
Por eso, según la psicóloga, miles de personas han salido a tocar desde sus balcones, por las redes sociales o como parte de grandes conciertos solidarios en actos de «generosidad» que cruzan fronteras gracias a la tecnología.
Muñoz, que está en contacto permanente con docentes porque coordina el postítulo en Musicoterapia de la Universidad de Chile, celebró la «enorme creatividad» que han desplegado en tiempos de confinamiento.
«Llama la atención que una asignatura que normalmente es un accesorio y a la que se da muy poco espacio y valor, ahora sea la que nos está permitiendo salir adelante», agregó.
«Todos los seres humanos somos seres musicales», afirmó la psicóloga, quien hizo un llamado a practicar esta «actividad humana fundamental», que durante la cuarentena brinda un aporte «indispensable» que ayuda al «bienestar emocional».
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