Ciudad Guayana.- Los perros son considerados “los mejores amigos del hombre”, pero las estadísticas dictan lo contrario. Según la Red de Apoyo Canino (RAC), organización venezolana de protección animal, en el país hay aproximadamente un millón de perros abandonados en las calles. 

Por ello, el Día Mundial del Perro Callejero es un recordatorio de la importancia de rescatar a estos seres indefensos. El día nació por iniciativa de Ignacio Gac, un estudiante de periodismo. Su promoción por las redes alcanzó la notoriedad necesaria y logró que cada 27 de julio sea conmemorado.

“En Venezuela, la parte gubernamental no fomenta las leyes sobre la protección animal y las personas han perdido el respeto y el miedo a qué pueda pasar después”, comunica el médico veterinario, Jesús Pereda, acerca de las causas de la sobrepoblación de perros en situación de calle.

En las calles 

Contrario a una celebración, el Día Mundial del Perro Callejero manifiesta una triste realidad. Partiendo de la cifra de perros desamparados es indispensable tomar conciencia al respecto. 

Por esta razón, es propio mencionar a una organización de Ciudad Guayana y es la Fundación de Protección y Bienestar Animal (Fundaproba). Su labor va desde el rescate de los animales, curarlos en caso de accidentes, hasta el hecho de gestionar una adopción. 

Según cifras de Krizia Vidal, representante de la fundación, a lo largo de este 2022 se han encargado de atender más de 100 perros atropellados. “Es triste ver cómo atropellan a los perritos y nadie hace nada por ayudarlos”, confesó. 

La organización mantiene el compromiso de cuidar a los canes y darles la oportunidad de tener un hogar responsable, a través de protocolos que los alejan de “su pasado lleno de maldad humana”.

Consecuencias 

Asimismo, los animales en situación de calle son más propensos a contraer enfermedades infecciosas como “moquillo canino”, padecimiento en la piel e infecciones bacterianas, estas causadas por el consumo de alimentos en mal estado y de agua contaminada, advierte Daniel González, especialista en medicina y cirugía canina. 

Del mismo modo, el veterinario destaca que por falta de atención médica, los “callejeros” pueden convertirse en transmisores de enfermedades zoonóticas, como la rabia o parásitos intestinales, lo cual representa un problema de salud pública. 

“Siempre existirá la posibilidad de transmisión, mientras que la cantidad de perros aumente”, manifiesta González. 

Es un fiel creyente que la adopción es el camino para regalarle una vida mejor, puesto que se recuperan física y psicológicamente, lo que hace que se conviertan en mascotas felices y fieles. 

Cree que “una vez recuperados de la calle, son los animales más agradecidos del mundo”.

“Adoptantes han contado la experiencia vivida con perros rescatados, para demostrar que es posible ser un héroe y devolverles el brillo a su mirada”, finaliza. 

Visitante inesperado

Apolo Rafael, fue un perro perteneciente a la manada de callejeros en el sector Alta Vista, pero su vida cambió cuando ingresó al edificio corporativo del medio informativo Soy Nueva Prensa Digital. Al verlo, la directora, Jalousie Fondacci, decidió abrir las puertas de su casa para que este perrito se convirtiera en un miembro más de su familia. 

Ya han pasado tres meses desde su rescate y su mejoría es clara. Ahora, es un perro que recibe amor, tiene hermanos perrunos y una vida cómoda. 

“En la mirada puedes ver la diferencia, está adaptado y en paz”, comenta Fondacci acerca de la evolución de Apolo, quien ya ha aprendido a dar la pata y seguir mandatos.

Desde su lugar, la doctora, se encarga de ser una voz a favor de los animales y está en contra del maltrato. De hecho, asegura que Soy Nueva Prensa Digital es un lugar “pet friendly”, es decir, amigable con los animales y resalta que siempre serán bien recibidos en la sede del medio de comunicación. 

Al igual que la doctora, Geraldine Montilla, comunicadora social, hace nueve años recibió un “regalo del universo”. Su familia adoptó a Toby. Ella considera que es el “complemento” de su familia y confiesa que nunca había experimentado un amor parecido en su vida. 

En aquel entonces, un familiar había fallecido y Toby con su inteligencia, destreza y ternura hizo lo posible por llenar ese vacío. Su presencia fue un “rayo de luz”, en ese momento y ahora es el más consentido de su hogar. 

“Nació el 8 de marzo del 2012, justo en el cumpleaños de mi mamá”, agrega y aprovecha para comunicar que el amor perruno va más allá de los límites, es tener a un compañero en cada etapa del camino. 

El perrito del balcón

Por último, está la historia de otro perrito llamado Apolo. Antes de ser rescatado, tuvo una infección que puso en riesgo su vida. Sin embargo, Yossimar Rodríguez y su novio llegaron a tiempo. 

En la actualidad, es una mascota feliz, consentida y juguetona. “Es nuestro hijo canino, lo llenamos de besos y abrazos, por eso siempre estamos llenos de pelitos”, dice Rodríguez. 

Sus familiares han sido testigos de cómo “Apolito”, evolucionó de ser un perro tímido y delgado, a tener energía y permanecer animado para salir a jugar y pasear. En el hogar que lo adoptó hace un año, tomó al balcón como su lugar favorito, para disfrutar de la amplia vista que le ofrece. 

A través de las diferentes historias, lo único que resalta es que el amor es un sentimiento capaz de curar cualquier tipo de heridas. Los perros, al igual que otros animales, no conocen la maldad, solo actúan bajo instintos y mientras más cariño reciben más fieles serán. 

Todo aquel que desee brindarle un nuevo hogar a un animalito desamparado, podrá hacerlo este sábado, 30 de julio, a partir de las 2:00 de la tarde Fundaproba ofrecerá una jornada de adopción en MestiLovers Pzo, un evento organizado en el Centro Cívico de Puerto Ordaz para concienciar sobre la importancia del perro mestizo.

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