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Crece la angustia en sectores más desposeídos de San Félix que no son atendidos. Foto: Níger Martínez

El abandono y la falta de atención por parte de las autoridades han convertido a las comunidades de San Félix en escenarios de deterioro constante. Aunque las quejas de sus vecinos son numerosas y persistentes, la respuesta a sus problemas es casi nula.

En sectores de las parroquias Vista al Sol, Dalla Costa y Simón Bolívar, la calidad de vida de los residentes se deteriora cada día más, atrapados en penurias producto del colapso de servicios básicos y la amenaza latente de cárcavas que avanzan con el paso del tiempo.

Cada barrio parece tener sus propios males, pero todos comparten el mismo denominador común: la impotencia de ver cómo sus reclamos no llegan a quienes tienen la capacidad de actuar.

En la ruta I de Vista al Sol, por ejemplo, el cañón del barrio Santiago Mariño no cesa en su avance destructivo. Carmen Segovia vive con la angustia constante, pues la casa de una de sus hijas que está a pocos metros de este implacable socavón. La joven, con sus hijos, no tiene adónde ir y prefiere arriesgarse en la vivienda que día a día se ve en peligro.

«Cada aguacero es una amenaza para todos los que vivimos en el rancho. El agua corre y socava las paredes de la zanja, haciendo que la cárcava crezca», relata con pesar Segovia, quien llegó a este barrio con la esperanza de un hogar digno.

Exigen solución de colapso de boca de visita que perjudica a residentes del sector Villa Tablitas

Crece la angustia

En Villa Tablitas, la llegada de la temporada de lluvias se convierte en un calvario. Para los vecinos afectados, las precipitaciones este año han sido implacables. La desesperanza crece al igual que la cárcava de Santiago Mariño, que ya amenaza a varias comunidades cercanas.

Mientras que el Gobierno nacional ha logrado frenar el avance peligroso del cañón de la avenida Venezuela, cerca de Villa Granada, Puerto Ordaz, los trabajos para reparar el socavón en la urbanización Francisco Avendaño, conocida como Los Alacranes, permanecen paralizados, aumentando la incertidumbre de los residentes.

En Pinto Salinas, la cárcava llamada ‘El Chispero’ continúa ampliándose tras haber derrumbado más de diez viviendas. La situación empeora con las lluvias, haciendo que el riesgo de que más casas se desplomen sea cada vez mayor. Por si fuera poco, un tramo de la avenida Gumilla, cercano al terminal de pasajeros, permanece cerrado tras un derrumbe causado por una cárcava, y las obras para su recuperación están detenidas.

Según estudios especializados, Ciudad Guayana cuenta con aproximadamente 69 cárcavas distribuidas en diversas comunidades, entre ellas La Victoria, El Cañón del Diablo, Los Alacranes, Villa Roberto, Vía Venezuela, Virgen del Valle, avenida Gumilla, la calle El Tubo en José Tadeo Monagas, ruta I de Vista al Sol, La Curiara, Villa Bahía, entre otras.

Colapso de la red de aguas negras

La precariedad no se limita solo a las cárcavas. Santiago José Gutiérrez, habitante de Vista al Sol, denuncia que el colapso de la boca de visita entre la ruta I de Vista al Sol y Villa Tablita empeora la situación.

«No es justo que el barrio carezca de red de aguas negras y que las aguas fecales corran por las calles de tierra de la invasión», señala.

Para mitigar el problema, los vecinos han construido muros de contención, pero cuando llueve las casas se inundan y la propagación de enfermedades es un tema alarmante.

«Hasta paludismo tenemos en el barrio», advierte Gutiérrez. Añade que esta situación, junto con las lluvias, ha provocado deslizamientos adicionales en la cárcava cercana a este sector.

El clamor generalizado es claro: las comunidades afectadas por cárcavas, aguas negras y calles destruidas urgidos por soluciones reales y efectivas que mejoren sus condiciones de vida y detengan el deterioro irreversible que sufren.

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