La principal ejecutiva de X por debajo de Elon Musk, Linda Yaccarino, dijo en su primera entrevista tras el nombramiento en junio que el contenido de odio en la red no desaparecerá mientras siga siendo legal, aunque será más difícil de ver y, por tanto, de compartir.
Yaccarino dijo coincidir con Elon Musk en una visión casi absoluta de la libertad de expresión, y explicó que la red tiene ahora «cero tolerancia» con todo lo que es ilegal, pero precisó que es distinto cuando se trata de algo «malo pero legal».
En esos casos -precisó- la persona la etiquetarán de determinada manera, y esa etiqueta le impedirá compartir ese contenido porque es «desamplificado», lo que dificulta que lo vean, y esto tiene importancia también desde un punto de vista económico, pues esos contenidos no aparecerán nunca al lado de las marcas de anunciantes.
Ese detalle no es baladí, toda vez que algunas compañías tan importantes como Visa y Coca-Cola abandonaron Twitter para no aparecer al lado del contenido «tóxico», lo que supuestamente será ahora mucho más difícil.
Por otro lado, Yaccarino confirmó que la plantilla total de Twitter es de 1.500 personas, es decir, menos de la cuarta parte de las 8.000 que había al tomar Musk el control de la compañía en octubre del año pasado, y dijo que los recortes fueron «un ejercicio de disciplina muy necesario».
En cuanto a su relación con Musk como propietario de la red, y dada su fama de intervenir personalmente en todos sus negocios, Yaccarino aseguró que cuenta con total «autonomía» en su trabajo.
«Mi papel y el papel de Elon están muy claros -explicó-. Elon trabaja en acelerar la nueva marca (X) y en (imaginar) el futuro, y yo soy responsable del resto, es decir, dirigir la empresa, ya sean los socios, lo legal, las ventas o las finanzas», dijo.
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