Un consorcio científico internacional busca desarrollar herramientas innovadoras y de bajo coste para frenar la amenaza de la proliferación de las cianobacterias en aguas de interior, un fenómeno cada vez más frecuente en ríos, embalses y lagos del sur de Europa agravado por los efectos del cambio climático.
Las cianobacterias son bacterias fotosintéticas que producen toxinas (cianotoxinas) nocivas para el ser humano y los animales. Cuando las condiciones ambientales son favorables (luz, temperatura del agua, aguas estancadas y aportes elevados de nutrientes), pueden proliferar de forma masiva, comprometiendo el uso del agua para la agricultura, el abastecimiento de agua potable y las actividades de ocio, generando problemas de seguridad y salud pública.
Esta iniciativa -impulsada desde la Universidad de Oporto (Portugal) con un presupuesto de 1,6 millones de euros (1,3 millones de dólares) en el marco del programa europeo Interreg Sudoe y en el que participa la Universidad de Salamanca (centro-oeste de España)- tiene como objetivo la prevención y la mitigación sostenible de estos organismos capaces de generar graves impactos ambientales, económicos y de salud.
El consorcio, que reúne a instituciones de España, Francia y Portugal, aborda el desafío de las cianobacterias de manera integral, actuando en las tres fases claves del problema.
En primer lugar, se centra en la prevención por medio del análisis de los factores ambientales que desencadenan su proliferación, con el objetivo principal de reducir riesgos antes de que se produzcan episodios críticos.
El segundo de los aspectos esenciales consiste en la incorporación de sistemas de alerta temprana, que combinan tecnologías innovadoras de teledetección con sensores avanzados IoT capaces de monitorizar en tiempo real parámetros de interés en las aguas —como temperatura, oxígeno disuelto o nutrientes—, permitiendo, además, calibrar y validar los datos satelitales y de drones con gran precisión.
Finalmente, cuando la proliferación es inevitable, el proyecto europeo apuesta por soluciones sostenibles, diseñadas para neutralizar los efectos nocivos de estas bacterias en los ecosistemas acuáticos y en la salud pública, minimizando el impacto ambiental y económico.
Según Diego González-Aguilera, catedrático de Ingeniería Cartográfica, Geodésica y Fotogrametría de la Universidad de Salamanca, «la lucha contra las cianobacterias es un desafío urgente que afecta tanto al medio ambiente como a la salud pública. Con el proyecto ‘Cyan’EAU’ apostamos por un enfoque innovador, sostenible y colaborativo para anticiparnos a un problema que el cambio climático intensifica cada año».
«El objetivo es doble, anticiparse a la proliferación y, cuando sea inevitable, neutralizar sus efectos de manera sostenible», destaca.
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