Santiago de Chile.- La economía chilena cayó un 3,5 % el pasado marzo, mes en el que se detectó el primer caso del COVID-19 en el país y se decretó el cierre de fronteras y negocios no esenciales, así como las primeras cuarentenas, reveló este lunes el Banco Central.

El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de febrero se sitúa en línea con lo que esperaban los mercados y es la peor caída desde julio de 2009, cuando se contrajo también un 3,5 %.

Según el emisor, el Imacec minero se incrementó en marzo un 0,8 %, mientras que el no minero cayó un 4 % afectado principalmente por el cierre de comercios y de servicios como la educación, el transporte, los restaurantes y los hoteles.

El Imacec, que reúne el 91 % de los bienes y servicios del Producto Interno Bruto (PIB), se estaba recuperando de la grave crisis social que estalló en el país en octubre y en febrero se expandió un 2,7 %, por encima de los incrementos de diciembre (1,1 %) y enero (1,5 %).

Chile, donde hasta el domingo se registraron 19.663 contagios y 260 muertes, se encuentra bajo estado de excepción, con toque de queda desde las 22.00 hora local, con colegios, universidades y fronteras cerradas, así como la mayoría de los comercios, aunque en los próximos días se espera la reapertura de algunos centros comerciales y el Gobierno insiste en retornar a la normalidad.

«Si todos nos quedamos acuarentenados en nuestras casas vamos a tener una crisis social de desempleo, de quiebra, que va a producir un daño gigantesco a la calidad de vida», dijo Piñera durante la conmemoración del Primero de Mayo, cuando se conoció que el desempleo escaló en el primer trimestre del año hasta el 8,2 %.

A diferencia de otros países de la región con menos casos como Argentina o Colombia, el Gobierno de Chile rechazó desde el inicio decretar el confinamiento nacional y cerrar totalmente la economía y optó por «cuarentenas selectivas y estratégicas», con restricciones de movimiento que se imponen y se levantan semanalmente en cada comuna (barrio) o ciudad en función de los nuevos contagios.

El país suramericano llega a la crisis del coronavirus SARS-CoV-2 con una economía mellada por las graves protestas contra la desigualdad que estallaron en octubre y que dejaron una treintena de fallecidos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público.

Las revueltas, suspendidas desde mediados de marzo por la emergencia sanitaria, hicieron que el PIB creciera solo el 1,1 % en 2019, lejos del 2,5 % pronosticado antes del estallido social y del 4 % de 2018.

El Banco Central estima que el PIB chileno se contraerá hasta un 2,5 % este año por el coronavirus, aunque los organismos internacionales sitúan la caída en torno al 4 %.

 

EFE

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