El Comando Sur de Estados Unidos (US Southern Command) ha anunciado la creación de una nueva Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) con el objetivo de intensificar la lucha contra el narcotráfico en la región del Caribe. Esta medida se enmarca en una reciente escalada de operaciones estadounidenses contra el tráfico de drogas, un contexto que ha generado fricciones diplomáticas con Venezuela.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, fue enfático al presentar la nueva estrategia, que cuenta con una orden directa del Presidente:
“Por orden del Presidente, el Departamento de Guerra está estableciendo una nueva Fuerza de Tarea Conjunta antinarcóticos en el área de responsabilidad del Mando Sur para aplastar a los cárteles, detener el veneno y mantener la seguridad de Estados Unidos. El mensaje es claro: si trafican drogas hacia nuestras costas, los detendremos en seco”, declaró Hegseth.
Según declaraciones recogidas por la revista colombiana Semana, el almirante Alvin Holsey, jefe del Mando Sur, explicó que la iniciativa busca aumentar la capacidad de las fuerzas estadounidenses para “detectar, desmantelar y destruir las redes de tráfico ilícito con mayor rapidez y profundidad”, mediante la coordinación con agencias nacionales y socios regionales.
Estrategia de vigilancia e inteligencia
La FTC se centrará en labores de vigilancia, análisis de patrones de tráfico y una respuesta táctica rápida a actividades sospechosas. Además, sus integrantes recibirán entrenamiento especializado para mejorar la cooperación entre fuerzas federales, estatales y los aliados en el Caribe y Centroamérica.
Aunque la lista completa de colaboradores no se ha revelado, países como Trinidad y Tobago, Guyana, República Dominicana, Panamá y Puerto Rico han manifestado su disposición a participar.
Un comandante vinculado a la nueva fuerza detalló la naturaleza de las operaciones: “Este es principalmente un esfuerzo marítimo, y nuestro equipo aprovechará las patrullas marítimas, la vigilancia aérea, las interdicciones de precisión y el intercambio de inteligencia para combatir el tráfico ilícito, defender el Estado de derecho y proteger mejor a las comunidades vulnerables”.
El anuncio tiene lugar en un momento de volatilidad política en Washington, marcado por un cierre parcial del Gobierno federal desde el 1 de octubre debido a la falta de un acuerdo presupuestario. A pesar de la parálisis administrativa, el presidente estadounidense ha ordenado al Pentágono garantizar el pago de los salarios militares el 15 de octubre.
Esta medida de seguridad refuerza el papel de Estados Unidos en la lucha antidrogas en el Caribe y podría tensar aún más su relación con los gobiernos de la región, especialmente con Venezuela, país que Washington acusa de ser un punto crucial en las rutas del narcotráfico hacia Norteamérica.
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