Madrid.- «Los cambios te obligan a reinventarte» así de rotundo se manifiesta el diseñador Marcos Luego, después de un año difícil en el que empieza a ver la salida del túnel, que le llevará a ampliar horizontes en el diseño a México y Colombia, tras el éxito de su colección en Panamá.
«El negocio empieza a levantar cabeza, después de un año tremendamente difícil», ha comentado el diseñador en una entrevista, en la que mantiene un espíritu positivo, aunque con cierta decepción al no haber podido viajar a México y Colombia el año pasado por la pandemia, ya con los billetes en la mano. Una espina que confía en poder quitarse dentro de poco.
En América Latina «valoran a calidad y la artesanía y eso es lo que yo vendo», indica Marcos Luengo, que desde 2017 es uno de los diseñadores habituales en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y, según los datos de la edición de febrero de 2020 de la consultora de moda Launchmetrics, «el que genera más interés» en la pasarela.
«Las pasarelas son un espectáculo donde hay que presentar algo que sorprenda. Pero escandalizar y sorprender es bastante fácil, lo difícil es llamar la atención con algo real y convertirlo en espectáculo», asevera.
Marcos Luengo (Asturias, España, 1964) dejó la enseñanza para dedicarse al diseño, su auténtica pasión, donde desarrolla también su amor por la pintura, una faceta que adapta con precisión y soltura al color de sus textiles, vibrantes y potentes, como en una obra de arte.
«Hay piezas dentro de la moda que son arte. Están concebidas con pasión y tienen alma», dice el creador que colaborado con artistas como Joaquín Mir o con el pintor abstracto Kike Garcinuño, una manera de trabajar que le entusiasma, con la que consigue «estampados exclusivos».
«Me encanta vivir la experiencia de compartir con los artistas su forma de ver el color y desarrollar su obra. Es un proceso divertido, con el que generas sinergias que no suman, multiplican», apunta, algo que le obliga a «reinventar los diseños».
La calidad, el trabajo bien hecho, el amor por la costura y la atención a sus clientas, «de las que siempre aprendo», es lo que mantiene a la firma que lleva su nombre y que tiene por bandera la artesanía, crear prendas para embellecer a la mujer, que resalten lo mejor de cada una de ellas. Una mujer «profesional, con criterio sobre lo que debe lucir. Una mujer decidida y valiente».
Reinventarse ha sido el eje sobre el que ha pilotado su negocio en este año, complicado para la moda y sus ventas, en el que la digitalización ha sido el arma con la que combatir el cierre temporal de las tiendas.
«Hemos empezado con la venta ‘online’ de complementos con los que se inició en el mundo de la moda y hemos descubierto que tenemos clientes desde Nueva York a Arabia Saudí», asegura satisfecho de la respuesta también en las redes sociales.
Los complementos son los nuevos básicos, «les doy mucha importancia en cada colección porque forman parte de nuestro origen» y advierte que los bolsos son siempre una buena inversión.
«Hablan mucho de la mujer que los lleva, de la persona que eres. Aunque envejezcan son siempre una buena apuesta», confirma Luengo, que en pasarela se decanta por los extragrandes y cinturones bolso en piel de potro o cuero trenzado, un accesorio que transforma cualquier «look».
«Es importante que el trabajo sea rentable. Diseño para vender el producto, no vendo un personaje. Disfruto con el contacto con el público y no me lo quiero perder», apunta.
La reina Letizia o Begoña Gómez, esposa del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, han lucido alguno de sus diseños. Para Marcos Luengo la elegancia y el estilo no son lo mismo. La elegancia es humildad. «Toda la gente elegante que conozco es humilde. El estilo es otra cosa, tiene que ver con la manera de transmitir, de ser».
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