Amazonía
Fotografía de un puesto de venta de pescado en el mercado Ver-o-Peso, el 4 de abril de 2023, en Belém (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda

El mercado Ver-o-Peso de Belém, mayor feria al aire libre de América Latina, principal vitrina de los productos de la Amazonía, que acaba de cumplir 396 años, la revitalizarán para poder dejar atrás su actual imagen de lugar inseguro, sucio y apestado.

La amplia reforma de este pintoresco complejo de 25.000 metros cuadrados a orillas de la bahía de Guajará se proyecta de cara a la cumbre del Clima de Naciones Unidas, que Belém aspira a organizar en 2030 y para la que, de momento, es la candidata única.

El alcalde de Belém, Edmilson Rodrigues, anunció que la municipalidad obtuvo un crédito unos 20 millones de dólares para las obras de modernización, que serán las primeras que recibe el mercado en 20 años.

«Será el gran regalo para Ver-o-Peso por sus 400 años y para Belém, porque este lugar es el espacio más significativo de la ciudad y de la Amazonía», afirmó Rodrigues al anunciar la reforma.

Diferentes problemas del mercado

El regidor reconoció los diferentes problemas del mercado, principalmente la inseguridad, la suciedad y las fallas de drenaje, que hacen que el olor a orina se concentre.

Entre las quejas de los turistas figuran las basuras, el mal olor y la alta concentración de buitres, que picotean el pescado expuesto en cubos, y el gran número de drogadictos que duermen en las calles aledañas.

«Estamos en una lucha desde hace muchos años para que la Alcaldía revitalice y organice el mercado. La inseguridad realmente es muy grande», admitió el director del Instituto Ver-o-Peso, Manoel Rendeiro, conocido popularmente como «Didi de Ver-o-Peso».

El principal portavoz de los comerciantes del mercado destacó los esfuerzos de sus trabajadores para recoger las basuras y hasta reciclarlas, pero reconoció que «el complejo es muy grande y los problemas son muy complejos».

«Desafortunadamente, dependemos de las soluciones ofrecidas por el sector público», lamenta Didi de Ver-o-Peso.

Treinta mil visitantes por día

La modernización es de vital importancia para un mercado que genera cerca de 5.000 empleos, recibe cada día unas 30.000 personas y moviliza diariamente unas 15.000 toneladas de pescado, casi 50.000 cestos de azaí, una de las frutas amazónicas más demandadas, y 3.000 toneladas de frutas y verduras.

El Ver-o-Peso, considerado una de las siete maravillas de Brasil y que el Gobierno incluyó en su lista del patrimonio histórico y artístico nacional en 1977, cuenta oficialmente con 1.193 tenderos, sin incluir los que se instalan sin licencia en áreas abiertas, de los cuales 163 venden pescados y 99 azaí.

El complejo tiene 16 diferentes sectores y reúne varias edificaciones, algunas históricas y con arquitectura típica de la Belle Époque, como el Mercado de Carne, la Plaza del Reloj, el Muelle, la Feria de Azaí, la Ladera del Castillo, el Mercado de Hierro, donde se despacha pescado.

En esta amalgama de olores, aromas, sabores, colores y hasta músicas -porque el carimbó resuena por toda el mercado- se destacan productos típicos de la Amazonía, como el propio azaí, el abricó (fruta parecida al mango), la maniva (una planta cuyas hojas son importantes en la dieta indígena), la guanábana o el cupuazú.

Otros relevantes productos son la famosa castaña de Brasil, la inmensa variedad de harinas de mandioca, el camarón seco, y los peces amazónicos como el pirarucu, las típicas cachazas de jambu y tucupí y artesanías de las culturas marajoara y tapajónica.

Y, como mayor vitrina de la Amazonía, no pueden faltar las tiendas de hierbas medicinales, que ofrecen cura para todo, y las pociones, como son conocidos los aceites vegetales preparados para atraer el amor, la suerte o la salud.

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