Valencia (España).- A sus 90 años, el artista colombiano Fernando Botero continua pintando «volúmenes, pero no gordos», una palabra que sigue luchando por «desterrar de su imaginario», que ahora tiene un espacio en la exposición «Botero: Sensualidad y melancolía» en Valencia (España).
Naturalezas muertas, escenas de baile y circo, desnudos femeninos, cuerpos al aire libre e incluso una escena de sexo, una «Boterosutra», se pueden ver en la muestra presentada este jueves, que del 10 de marzo al 3 de septiembre reúne 45 obras entre dibujos, acuarelas, pinturas y esculturas.
«La palabra gordo no le gusta nada, la desterraría; él es un pintor de volúmenes», destacó la comisaria de la exposición, Marisa Oropesa.
A su juicio, decir que Botero pinta personas gordas sería «un error», porque «no solo hay volumen en el cuerpo humano, sino en todo lo que pinta» el artista de Medellín.
Botero primero trabajó como ilustrador de temas taurinos para prensa colombiana y después viajó a Europa, donde pasó unos años en Madrid, estudiando en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y trabajando como copista de cuadros en el Museo del Prado.
Un día, pintando una mandolina, se dio cuenta de la desproporción entre el cuerpo del instrumento y su agujero de sonido, con lo que empezó a reflexionar sobre el volumen como elemento central de su obra, algo que está presente en sus mujeres desnudas pero también en sus escenas cotidianas al aire libre.
La naturaleza «casi selvática» de Colombia es el escenario de fondo de sus escenas al aire libre, una de las secciones principales de la exposición.
Su lado más desconocido como pintor de naturalezas muertas también lo recoge esta muestra, con bodegones «iniciáticos» en los que Botero se demuestra «un gran colorista», según la comisaria.
Pero Botero «siempre ha rezumado libertad» y el lado festivo de su pintura está representado especialmente en sus parejas de baile, en su mayoría acuarelas que se encuentran entre los trabajos más recientes del autor y datan del año pasado, señaló.
El placer también es el tema de otras de sus obras, que destaca sobre todo en «Boterosutra», una acuarela que representa una escena de sexo entre un hombre y una mujer.
Este «trabajador incansable» sigue pintando, a sus 90 años, desde su casa en Montecarlo, y aunque no puede esculpir ni hacer óleos de gran formato, continúa empuñando el pincel en nuevas acuarelas.
La parte nostálgica, añadió Oropesa, está presente en obras menos conocidas en España como la serie «Las torturas de Abu Grahib», que muestra «cómo masacran y castigan entre heces» a prisioneros en Irak, u otra sobre el Vía Crucis y la pasión de Cristo.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!