El presidente de EE.UU., Donald Trump, este martes durante su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, EE.UU.EFE/ Lukas Coch

La Asamblea General de la ONU abrió este martes su 80 periodo de sesiones entre bromas y reproches, con llamados a reformar el multilateralismo, denuncias por aranceles y exigencias de paz en Gaza y Ucrania.

Las escaleras y el teleprompter

El presidente de EE.UU., Donald Trump, abrió su intervención con ironías sobre el funcionamiento de la sede de la ONU. Comentó que quedó atrapado en unas escaleras mecánicas y que el teleprompter falló, usándolo como metáfora para cuestionar la eficacia del organismo.

La Casa Blanca pidió investigar si la avería fue intencionada, mientras que tras varias horas de investigación, la oficina del portavoz de la ONU explicó que un camarógrafo que acompañaba a los Trump subió en la misma escalera con el fin de documentar su llegada y, al llegar arriba, por delante de ellos, «pudo haber activado sin darse cuenta un mecanismo de seguridad».

Trump acusó a la ONU de no haberlo “ayudado” a frenar guerras, de limitarse a redactar “cartas muy enérgicas” y de difundir “mentiras” sobre el clima. Más tarde, en un encuentro bilateral con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, matizó su postura y afirmó que EE.UU. apoya a la organización “al 100 %”.

Lula, los aranceles y la OMC

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abrió la sesión denunciando un «desorden internacional» y atacó las medidas unilaterales que, dijo, vulneran la soberanía de Brasil por el juicio contra el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022).

Reclamó reglas más justas y mayor protagonismo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) frente al uso de sanciones comerciales como herramienta política. La imposición por parte de EE.UU. de aranceles del 50 % a las importaciones brasileñas fue uno de los ejes del contraste entre ambos mandatarios, y otros líderes —como el sudafricano Cyril Ramaphosa y el portugués Marcelo Rebelo de Sousa— alertaron sobre el uso del comercio “como arma”.

La Administración de Trump impuso aranceles del 50 % a las importaciones brasileñas como castigo por el juicio contra Bolsonaro, un estrecho aliado de Trump, condenado a 27 años de cárcel por intentar un golpe de Estado.

Trump y Lula se cruzaron en los pasillos de la ONU y acordaron encontrarse la próxima semana. El mandatario de EE.UU. afirmó que hubo una «excelente química» entre ambos.

«Debo contarles que yo estaba entrando y el líder de Brasil saliendo. Nos vimos, él me vio, y nos abrazamos», reveló Trump. «Me pareció un hombre muy amable, en realidad me gustaría conocerlo. Yo solo hago negocios con gente que me gusta», añadió.

Palestina, en el centro del debate

La crisis en Gaza marcó la jornada: Lula habló de “genocidio” y advirtió del riesgo de desaparición del pueblo palestino; Trump calificó el reconocimiento de Palestina por varios países como “una recompensa para los terroristas”.

Desde la tribuna, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, subió el tono al proponer “unir ejércitos y armas” para “liberar a Palestina” y plantear la creación de un “ejército de la salvación” votado por la ONU y sin veto, llamamiento que sumó intensidad al debate.

Otros líderes como el rey Abdalá II de Jordania y los presidentes de Turquía, Recep Erdogan; de Chile, Gabriel Boric, exigieron un alto el fuego, ayuda humanitaria y respuestas legales, y el uruguayo Yamandú Orsi reclamó la liberación de rehenes y el cese inmediato de las hostilidades.

Para la mayoría de países que intervinieron, la solución de dos Estados y un alto el fuego inmediato son condiciones urgentes para frenar la catástrofe humanitaria.

Ucrania y reforma del Consejo de Seguridad

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, celebró lo que leyó como un giro en el discurso de Trump sobre Ucrania y defendió que el debilitamiento económico ruso puede acelerar el fin del conflicto. También aprovechó para reclamar una reforma del Consejo de Seguridad —incluida mayor representación africana— y rechazó la lógica de bloques que contraponga al G7 y los Brics, pidiendo volver a la cooperación internacional para afrontar desafíos globales.

La mandataria de Perú, Dina Boluarte, pidió que el próximo secretario general sea latinoamericano y advirtió sobre la renovación del «totalitarismo con otros rostros».

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