Los ciclistas deberán recuperar de la dureza de dos semanas muy montañosas, con la vista puesta en otras tres jornadas clave que terminarán de dirimir el podio de París.
La recuperación aparece como una clave tras lo recorrido y con lo que resta por delante.
El martes llegará de nuevo una prueba difícil, una contrarreloj de 22,4 kilómetros entre las montañas alpinas, con un ascenso final a la cota de Domardy, de segunda categoría, 2,5 kilómetros al 9,4 %, con rampas por encima del 15 %.
Luego vendrá el temible col de la Loze y tras dos días de transición, el ascenso a Platzerwasel, en los Vosgos, la sentencia definitiva del Tour de 2023.
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