Brasilia.- Algunos influyentes líderes evangélicos reforzaron este lunes las presiones por la renuncia del ministro de Educación brasileño, Milton Ribeiro, sospechoso de estar incurso en asuntos de corrupción que también implican a pastores pentecostales.
Ribeiro, pastor de una iglesia presbiteriana, está contra las cuerdas desde la semana pasada debido a esas sospechas, pero el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, hasta ahora lo ha respaldado e incluso ha dicho que pone «su cara en el fuego» por el ministro.
Este lunes, a las presiones contra Ribeiro se sumó el diputado Marco Feliciano, influyente miembro de un grupo evangélico muy activo en el Parlamento, quien exigió que el ministro al menos se separe del cargo mientras se esclarece el asunto.
«Le pido, por favor, que se licencie hasta el término de las investigaciones, porque los evangélicos estamos sangrando. Si se prueba su inocencia, regrese al cargo», escribió Feliciano en sus redes sociales.
En el mismo sentido se expresaron otros reconocidos pastores, como Silas Malafaia, quien llegó a decir que el ministro Ribeiro «parece ser honesto», pero debe «comprobarlo con documentos» y en la investigación que ya ha iniciado la Fiscalía General.
Las sospechas nacieron de un audio obtenido por el diario Folha de Sao Paulo en el que Ribeiro comenta que los presupuestos del Ministerio de Educación tienen entre sus prioridades los proyectos que impulsan pastores de iglesias pentecostales afines al Gobierno.
«Mi prioridad es atender, primero, a los municipios que más precisan, y segundo, a todos los amigos del pastor Gilmar», dice el ministro en referencia a un líder religioso muy cercano a Bolsonaro, y agrega que ese es «un pedido especial» del propio «Presidente de la República».
Ribeiro desmintió que Bolsonaro le haya hecho algún pedido en ese sentido, pero tanto la Fiscalía como la Corte Suprema consideraron que las sospechas son «graves» e instauraron una investigación.
El escándalo ha estallado en momentos en que Bolsonaro prepara una profunda reforma ministerial, debido a que diez de los miembros de su gabinete abandonarán el Gobierno a fines de esta semana para aspirar a algún cargo electivo en los comicios de octubre próximo.
Según fuentes cercanas al oficialismo, pese a defender a Ribeiro, Bolsonaro puede aprovechar esa reforma para destituirlo, a fin de minimizar el impacto de un supuesto caso de corrupción, en momentos en que el mandatario se prepara para intentar la reelección.
EFE
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