“En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corazaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que, en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que, en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a Santa Teresa de los Andes, su nombre de pila era Juana Fernández de Solar y vino al mundo en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900. Desde su adolescencia se sintió atraída irresistiblemente por Cristo. El 7 de mayo de 1919 ingresó en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de «los Andes» con el nombre de Teresa de Jesús. Fue beatificada por Juan Pablo II en Santiago de Chile el 3 de abril de 1987 y canonizada en Roma, el 21 de marzo de 1993. Propuesta como modelo a los jóvenes, es la primera flor de santidad de la nación chilena y del Carmelo Teresiano de América Latina.
Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 11, del verso 20 al 24. En el que JESÚS, con mucha melancolía menciona tres de las principales ciudades de Israel: Corazaín, Betzaida, y Cafarnaún, donde Él había iniciado su predicación y donde ha hecho varios milagros, pero cuyos habitantes no han querido escuchar, ni entender, a pesar de que estas ciudades tenían escuelas superiores de interpretación de la Sagrada Escritura, pero no habían acogido el Evangelio. Por su parte Tiro y Sidón eran dos ciudades paganas, maldecidas por los profetas y, luego, arruinadas, a pesar de eso JESÚS, les augura un mejor porvenir al final de los tiempos.
Es claro que, JESÚS, anuncia una propuesta de vida para los habitantes de estas ciudades, pero la comunidad farisea, aferrada a la Ley y a las prácticas ritualistas del Templo, no quieren embarcarse en la Novedad del Evangelio, a pesar de ver los Signos prodigiosos que JESÚS, estaba realizando. Siguen equivocadamente convencidos que por el hecho de ser israelitas y cumplir estrictamente los preceptos religiosos, tienen la salvación asegurada. A pesar de su jactancia y prepotencia étnica y religiosa, JESÚS les dice que terminarán peor que los pueblos que ellos señalan como paganos y pecadores.
Por eso es que para los judíos que se habían convertido en cristianos, tales reproches son muy significativos, ya que les recordaba una misión estéril llevada a cabo en su antigua religión y la entendieron como un anuncio del rechazo que sufriría Israel al final de los tiempos e hicieron una relectura o hermenéutica, para entender mejor las referencias que sobre este tema hace el profeta Isaías, y la conexión con los “Ayes” del profeta Amós.
Al confrontarnos con el texto, entre otras interpelaciones, podemos decir que, para los cristianos de todos los tiempos, ésta perícopa representa una seria advertencia y un llamado urgente a una verdadera conversión o crecimiento de nuestra Fe, ya que a pesar de que el Señor nos habla con mucha claridad a través de Su Palabra, de los acontecimientos de la vida diaria y del Magisterio de la Iglesia, seguimos incrédulos buscando más y desechando lo poco o lo mucho que se nos Revela.
Lo que hace que, nos cueste muchísimo dar testimonio de nuestra Fe, en medio de una sociedad, donde reina el caos y la incertidumbre, y el actuar con avaricia, mentir, pisotear la dignidad del otro, con tal de lograr el fin, pareciera lo normal. Y es paradójico, porque a pesar de que todos nos quejamos por la terrible situación, poco hacemos para lograr revertirla y por el contrario nos hacemos cómplices por acción o por omisión de esas desviaciones.
Frente a esa actitud, JESÚS nos hace esa advertencia en forma de lamento, porque a pesar de todos Sus esfuerzos, la gran mayoría de sus seguidores hacemos poco, para no sucumbir ante las desviaciones del mundo. De allí lo pertinente de la enseñanza que debe de generarnos un compromiso, que nos permita sobreponernos a todas las condiciones adversa, para actuar distinto a la mayoría y aunque seamos minoría, logremos sentar el precedente de que, si es posible la construcción de la “Civilización del AMOR”, de la solidaridad y del bien común.
Señor JESÚS, Tu que nos has elegido y has hecho grandes obras en nuestras vidas, concédenos vivir dispuestos a la Conversión por medio de Tu Palabra, para revertirlo en el compartir fraterno con nuestros semejantes y de la preservación del medio ambiente que nos rodea. Amén
Luis Perdomo
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