La exclusión de la carrera electoral del candidato por la paz, el opositor Boris Nadezhdin, dejó hoy sin rival al presidente ruso, Vladímir Putin, que tiene ahora el camino expedito para su reelección en marzo, con la guerra en Ucrania como principal eslogan.
«No me rechazáis a mí, sino a las decenas de millones de personas que ansían cambios», aseguró Nadezhdin en su canal de Telegram, dirigiéndose a la Comisión Electoral Central (CEC).
La oposición al Kremlin acusa a Putin de poner trabas para el registro de Nadezhdin por temor a que aglutine a todos los descontentos no solo con la guerra, sino con la deriva autoritaria del Kremlin.
A diferencia de 2018, cuando hasta ocho candidatos concurrieron a las presidenciales, en esta ocasión Putin se fajará con tres candidatos con escaso carisma presentados por partidos con representación parlamentaria que apoyan la campaña militar rusa.
Defectos de forma
La CEC rechazó el registro del opositor debido a los errores detectados en más del 15 % de las firmas que remitió el 31 de enero para postular su candidatura.
Dictaminó que Nadezhdin presentó 95.587 signaturas válidas, cuando necesitaba 100.000 para el registro, al contar con el apoyo de un partido sin representación parlamentaria (Iniciativa Ciudadana).
En particular, estableció que el equipo del opositor cometió diferentes errores de forma, entre los que figurarían once almas muertas, al utilizar bases de datos no actualizadas.
«No se debe cruzar la frontera en la que en las listas en favor de los candidatos aparecen personas ya fallecidas», aseguró Nikolái Buláev, subjefe de la CEC.
Además, algunos de los recolectores de firmas no estaban autorizados para ello por notario o se identificaron incorrectamente, menudencias que el equipo de Nadezhdin considera insuficientes para invalidar las firmas.
Mientras, en el caso del presidente, Vladímir Putin, recordó que los funcionarios de la comisión encontraron sólo 91 firmas no válidas, lo que permitió que postule a la reelección el próximo 17 de marzo.
Nadezhdin no pierde la esperanza
«No estoy de acuerdo con la decisión de la Comisión Electoral (…) Recurriré ante el Tribunal Supremo de Rusia», dijo Nadezhdin, cuyo apellido en ruso deriva de la palabra «esperanza».
Insistió en que sus correligionarios recabaron las firmas «de manera abierta y honesta», ya que «todo el mundo vio las colas ante nuestros cuarteles electorales y nuestras oficinas».
«Allí había decenas de millones de personas que querían votar por mí. En los sondeos sumo dobles dígitos, estoy en segundo lugar tras Putin y ustedes me hablan sobre once muertos», dijo.
La CEC le advirtió que nunca ha perdido un caso ante el Supremo en las cuatro ocasiones en que los candidatos apelaron la decisión de la autoridad electoral, pero Nadezhdin no se arredró, aunque no aludió a la posible convocatoria de protestas.
Insistió en que los grafólogos no han hallado ni una sola firma falsa y denunció que el sistema está hecho de forma que sean registrados sólo los «candidatos admisibles» para el Kremlin.
«Os pido que nos rindáis. Ocurrió lo que muchos no podían creer. los ciudadanos sintieron la posibilidad de cambios en Rusia. Vosotros sois los que estuvisteis en largas colas para decirle al mundo: ‘Rusia será un país grande, pacífico y libre'», afirmó.
La campaña de recogida de firmas de Nadezhdin, que tachó de «error fatal» el comienzo de la «operación militar especial», se convirtió en la primera muestra masiva y legal de repulsa contra la guerra desde el inicio de la contienda en febrero de 2022.
Un comunista, un nacionalista y un empresario
Al respecto, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, se limitó a asegurar que la comisión ha hecho su trabajo que consiste en exigir el respeto a las normas vigentes.
«Lo que hemos oído de la CEC son un gran número de errores en las firmas y la invalidez de una gran cantidad de ellas. Es decir, este importante criterio no se ha cumplido», señaló.
La CEC ha registrado sólo a cuatro candidatos: Putin; el comunista Nikolái Jaritónov; el ultranacionalista Leonid Slutski y el representante de Gente Nueva, el empresario Vladislav Davankov.
Mientras Nadezhdin asegura que tiene una intención de voto del 15-20 %, los tres rivales de Putin son muy poco populares entre los rusos.
Putin, de 71 años y cuya gestión es aprobada por el 80 % de los rusos, según las encuestas oficiales, debería ganar las elecciones con más votos que en 2018, cuando sumó más del 76 % de los sufragios.
Aunque aseguró públicamente que no lo haría, Putin reformó la Constitución en 2020 para poder presentarse a la reelección, algo que podrá volver a hacer dentro de seis años y, de esa forma, permanecer en el Kremlin hasta 2036.
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