
Los habitantes del Sector II de Villa Upata, ubicado junto a la avenida Atlántico en Puerto Ordaz, parroquia Unare, han logrado, con sus propios recursos y esfuerzo, convertir una zona originalmente desértica en un área urbana con servicios básicos esenciales para sus familias.
Actualmente cuentan con agua por tuberías, red de aguas negras y electricidad, servicios fundamentales que garantizan una mejor calidad de vida, en estos aproximado 18 años que iniciaron el desarrollo habitacional.
Ellos, también padecen por las fallas en el suministro de agua potable, apagones eléctricos y deficiencias en el aseo urbano que afectan a varias comunidades cercanas.
A pesar de estar cerca de fuentes hídricas importantes como el río Caroní, sufre escasez y deficiencias en el acceso al agua potable, lo que evidencia la necesidad de una mejor gestión y planificación de los recursos y servicios públicos.
El Sector II de Villa Upata, rodeado por comunidades como Riberas del Caroní, Villa La Paragua, Gran Sabana y Villa Betania, es un ejemplo de cómo la participación activa y la autogestión pueden transformar espacios adversos en zonas urbanas dignas para las nuevas generaciones.
Calles de tierra y casas inconclusas
Uno de los residente quien prefirió mantenerse en anonimato dijo que no todos tenían recursos como para habitan sus casas, “en la comunidad aún hay muchas casas que no han sido ocupadas por sus dueños, les faltan muchas cosas y no cuentan con los recursos”.
Los que ya están en sus viviendas, algunos se instalaron sin luz eléctrica, sin agua por tuberías y sin cloaca, construyeron pozo séptico en su casa.
“Todo lo que poseemos en Villa Upata, ha sido con recursos propios. Compramos cuando se podía invertir en postes, guayas, transformadores, tubos para red de aguas negras y tuberías de aguas blanca”.
En los actuales momentos el urbanismo se encuentra paralizado. Para ellos el costo de construcción se elevó y el dólar se disparó.
Un gobierno de promesas
Otro vecino indicó que solo obtuvieron apoyo en el gobierno de Rangel Gómez, quien ordenó hacer las calles y replanteo del terreno para que cada dueño de parcela iniciara la construcción de su casa.
Afirma que han sido engañados por los gobiernos de turno, tanto de la gobernación como de la alcaldía, “solo promesas y engaños. Todos los urbanismos, a un lado de la avenida Atlántico son desiertos, las únicas casas que construyó el Gobierno, fueron las de los oficiales de la Guardia Nacional, a un lado del comando policial y otras de la tropa que se hallan un poco más alejadas”.
Aún, las calles de esta comunidad siguen siendo de tierra. Los postes del tendido eléctrico de alta tensión están plantados sin electrificación y que otros vecinos no pueden terminar de construir sus casas.
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