La danza de la lluvia cambió drásticamente el guion de la película del Gran Premio de Rusia en las seis últimas vueltas, unos minutos de locura con decisiones de equipo que acabaron encumbrando a Lewis Hamilton (Mercedes), tumbaron a Lando Norris (McLaren) y permitieron a Carlos Sainz (Ferrari) remontar hasta el podio.
Norris había hecho una carrera impecable hasta que la pista empezó a mojarse. Primero con lluvia final después intensa. Fue un drama para el de McLaren, que intentó pilotar con lisos en condiciones impracticables por demorar su entrada a boxes.
La ambición de ganar tras su segundo puesto en el Gran Premio de Italia (entonces por detrás de su compañero de equipo), le costó una de las dos primeras plazas que tenía aseguradas, y permitió a Hamilton ser centenario en victorias en el Mundial.
Y eso que el de Stevenage no las tenía todas consigo cuando Mercedes le dio orden de entrar al garaje para dejar los sticks y calzar los intermedios. Entonces marchaba segundo y era incapaz de adelantar a su compatriota en pista. Con esa llamada afortunada, el equipo alemán volvió a imponerse donde siempre había ganado, en Sochi (en el Mundial desde 2014).
Hamilton, que no se imponía desde el 18 de julio (Gran Bretaña), sale de Rusia con el liderato de la clasificación de pilotos, pero su rival por el título, Max Verstappen (Red Bull), también triunfó: acabó segundo saliendo desde la última plaza y con motor nuevo para las siguientes carreras.
El primer giro en Sochi fue el soñado en Ferrari. Carlos Sainz, que partía segundo, aprovechó el rebufo de Norris, el hombre pole. Le adelantó y comenzó liderando la carrera, aguantando las acometidas del McLaren en el duelo con su excompañero de equipo.
Todos optaron por empezar con neumáticos medios excepto Fernando Alonso (Alpine), el mexicano Checo Pérez (Red Bull) y los que salían desde la última parte de la parrilla, donde estaban los que penalizaron por cambios de motor.
El asturiano, a pesar de la elección de compuesto, llegó a ponerse cuarto por delante de Hamilton, que cayó de esa plaza a la sexta por extremar la cautela en las primeras curvas.
El de Stevenage no tardó en adelantar al bicampeón, que también se vio superado por Pérez. En cabeza, tras Sainz y Norris, Russell (Williams) frenó al resto: Stroll (Aston Martin), Ricciardo (McLaren), Hamiton o Pérez.
El madrileño llegó a tener casi dos segundos sobre Norris y siete respecto a Russell (Williams) en la quinta vuelta, Hamilton miraba por el espejo a Pérez y Verstappen superaba ya a Bottas en el sexto giro. Adiós a la estrategia de Mercedes de cambiar la unidad de potencia del finlandés para relegarle a las últimas plazas de parrilla y contener al neerlandés.
El Ferrari, líder, empezó a tener problemas de degradación de neumático, Norris encimó. «Tenemos que empezar a empujar», decía el español por radio. Superó esos momentos de apuro Sainz, su excompañero también desgastó el medio. Pero en decimotercer giro, el británico pasó al frente.
Carlos entró acto seguido a boxes con una parada más lenta de lo que desearía. Verstappen venía lanzado, era sexto después de 18 giros, a 5.3 del heptacampeón. Alonso se aproximaba al grupo que formaban Ricciardo, Hamilton y Pérez.
El ganador del Gran Premio de Italia cambió de neumáticos en la vuelta 23, fue un horror en boxes. Hamilton y Verstappen lo hicieron en la 27, mientras en pista Sainz adelantaba a Bottas para ponerse sexto con Norris al frente, Pérez a 12 y Alonso a 13.
Hamilton, noveno en ese momento, metió a Ricciardo y Russell entre él y Verstappen. El británico, con los duros, fue un misil.
Norris eligió la vuelta 29 para parar, Pérez se situó al frente con Alonso segundo. El británico salió con casi seis segundos de ventaja sobre Sainz, que era sexto, con Hamilton por detrás tras haber adelantado a Stroll. El de Mercedes le superó con facilidad y desde su box escuchó los ánimos de su jefe de equipo, Toto Wolff: «Puedes ganar esta carrera».
El de Stevenage fue a por ella. En el giro 37, Pérez y Fernando entraron al garaje. El mexicano se marchó a los 8.9 segundos por un problema en la rueda derecha trasera. Carlos Sainz se ponía tercero, aunque muy lejos de la cabeza, que estaba en poder de Norris con 2.8 segundos sobre Hamilton.
Alonso salió séptimo por detrás de Verstappen, al que adelantó en la siguiente vuelta tras el cambio de gomas, mientras que en cabeza, Norris respondió a Hamilton con vuelta rápida para alejar a su perseguidor a 1.8. Sainz mantenía su plaza de podio con Ricciardo tras él a más de dos segundos. Pérez pasó al australiano con una gran maniobra.
La lluvia apareció en la vuelta 46 para un final de locura. Los de delante tardaron en cambiar de lisos a intermedios. Hamilton, por orden del equipo, pasó por boxes; Norris intentó aguantar, pero la conducción en esas condiciones era imposible.
El heptacampeón amarró la victoria, pero Verstappen, que partía desde el último puesto, quedó segundo y, en un baile de plazas por detrás, Sainz logró recuperar el tercer cajón del podio, mientras que Alonso, que había estado también en esas plazas, finalizó sexto después de demorar un poco su entrada en el garaje, y Checo Pérez concluyó noveno.
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