Buenos Aires, Argentina. Los hinchas de River Plate vivieron una tarde muy especial en su regreso a los estadios nada más y nada menos que en una nueva edición del superclásico argentino ante Boca Juniors en el Estadio Monumental de Buenos Aires por la decimocuarta jornada del torneo argentino.
En una jornada a puro sol pero con viento y algo fría, los 36.014 simpatizantes habilitados compartieron la sensación de volver a ver a River en el estadio tras el levantamiento parcial de las restricciones por la pandemia del coronavirus con un aforo permitido del 50 por ciento del total del estadio Monumental.
A diferencia de las condiciones previas a la pandemia, iniciada en marzo del año pasado, las puertas del estadio se abrieron tres horas antes del inicio del encuentro, para permitir el ingreso de los simpatizantes locales de forma ágil pero cumpliendo con todos los protocolos determinados.
A los habituales requisitos de seguridad y control de las entradas, el Gobierno Nacional determinó para esta vuelta de los simpatizantes la necesidad de gestionar un permiso en línea que estaba condicionado por la obligatoriedad de contar al menos con una dosis del programa de vacunación contra el Covid-1
Desde bien temprano, los simpatizantes se reunieron en las cercanías del Monumental para palpitar no sólo el superclásico sino el reencuentro con sus jugadores.
Tal fue el caso de Estefanía, de 19 años, que se hizo socia en febrero del año pasado y sólo pudo ir a un encuentro de River antes de la prohibición por la pandemia del coronavirus. «En aquella ocasión fui con mi papá, que lamentablemente hoy ya no está. Pero en su memoria acá estoy para sentir todo eso que me contó en carne propia», sentenció la joven entre lágrimas.
Del otro lado de la línea temporal también esperaba Hilario, de 81 años, que con su carné vitalicio volvía a ver a su querido River: «Acá estoy esperando a mi último nieto de 4 años para que tenga su primera experiencia en la cancha. Tuve que prometerle a mi nuera que lo iba a cuidar bien pero cumplí con los otros siete y Pablito no podía ser la excepción. No me quería morir sin hacerlo».
Una tarde de muchas emociones que apenas pasadas las 14 horas tuvo la liberación de la policía y la llegada de los primeros hinchas al estadio fueron a ritmo tranquilo y con los cánticos habituales junto con la alegría de recuperar algunas situaciones de normalidad previas a la pandemia.
Diego Díaz de Oliveira, de 43 años, en este sentido contó sus sensaciones: «Fue un año y media de mucho sufrimiento y volver a un estadio es muy importante y lo vamos a disfrutar. Me parece injusto que haya todavía hinchas de River que no puedan vivir esta experiencia pero es un paso».
De a poco se fueron poblando las cuatro tribunas, tanto las plateas como las populares, hasta llegar a una posta que, a simple vista, daba la sensación de tener más del 50% del aforo permitido.
La antesala del encuentro fue con muchos aplausos para los jugadores de River y silbidos para los de Boca en un clima futbolístico que hacía mucho tiempo que no se vivía en los estadios del fútbol argentino.
El superclásico es uno de los trece encuentros de esta decimocuarta jornada que marca la vuelta del público en el fútbol argentino, en una decisión que también se implementó en el resto de las categorías, por una decisión del Gobierno Nacional que entró en vigencia en octubre.
EFE noticias
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