Un estudio multidisciplinario, liderado por investigadores de la Universidad Nova de Lisboa, devela las prácticas de nidificación de los dinosaurios terópodos allosauroideos y el impacto de las catástrofes naturales en sus nidos.
El análisis de más de 80 huevos fósiles, hallados en el conocido “Nido de Paimogo” en Portugal, le ha brindado la oportunidad a los científicos, incluyendo paleontólogos, sedimentólogos, geoquímicos y geofísicos, de reinterpretar las acumulaciones de huevos de dinosaurio a nivel global.
El grupo, con la participación de Lope Ezquerro de la Universidad Complutense de Madrid y Miguel Moreno Azanza de la Universidad de Zaragoza, así como colaboradores de las universidades de Aveiro y Zaragoza, examinó uno de los fósiles más icónicos de Portugal, proporcionando una ventana al comportamiento reproductivo de los dinosaurios hace 152 millones de años.
“Nido de Paimogo”
El “Nido de Paimogo” consiste en una aglomeración de aproximadamente un centenar de huevos de la especie Lourinhanosaurus, que incluye diversos embriones de dinosaurio terópodo más antiguos descubiertos hasta la fecha.
La investigación planteó interrogantes sobre la posibilidad de que una sola hembra depositara tal cantidad de huevos, llevando a cabo un enfoque multidisciplinario para comprender los procesos detrás de la formación de este fósil excepcional.
Los hallazgos indican que los huevos provienen de al menos dos hembras distintas, aunque no se ha determinado si la puesta fue simultánea o en temporadas consecutivas.
Los trabajos sedimentológicos y paleomagnéticos sugieren que una inundación, provocada por el desbordamiento de un río cercano, arrastró y acumuló los huevos, arrasando con múltiples nidos y trasladandolos a una zona donde quedaron atrapados entre la vegetación, generando la muerte de múltiples crías.
Tácticas de nidificación
El análisis de la acumulación revela que los allosauroideos probablemente anidaban en pequeñas colinas de tierra o vegetación sobre el suelo, semejante a algunas aves y otros terópodos más recientes, en lugar de excavar huecos como otras especies de dinosaurios.
Esta interpretación ofrece una innovadora perspectiva sobre las tácticas de nidificación de estos enormes carnívoros del Jurásico.
Dicho proyecto, que se extendió por cuatro años, contó con la colaboración internacional y el financiamiento de la Fundação para a Ciência e a Tecnologia de Portugal.
Resaltan la relevancia de la península ibérica en la paleontología, especialmente con el “Nido de Paimogo”, encontrado en la década de los 90 y considerado uno de los fósiles más significativos de Portugal.
Recientemente, se ha emitido una moneda conmemorativa de 5 euros en honor a este hallazgo, y los huevos están en exhibición en el Museo de Lourinhã y en el nuevo Geoparque Oeste en Bombarral.
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