Múnich (Alemania).- Representantes de doce países, así como de la ONU, la Unión Africana, la Unión Europea (UE) y la Liga Árabe, barajaron este domingo fórmulas para impulsar un proceso de paz en Libia, siguiendo los principios de la llamada «iniciativa de Berlín», en una reunión celebrada al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
La reunión, que estuvo presidida por el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, y Stephanie Williams, representante del comisionado de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, quien no pudo participar finalmente por motivos de salud, no tuvo resultados concretos y se considera como un paso en un proceso al que deberán seguir encuentros posteriores de cara a lograr que las partes en conflicto se sienten a la mesa de negociaciones.
Antes de la reunión, el ministro de Exteriores de Alemania había dicho que el objetivo era implementar «paso a paso lo que en Berlín se había acordado».
Aludía a la reunión del pasado 19 de enero en la capital alemana, donde 16 estados y organizaciones se habían comprometido a terminar con la intromisión en el conflicto libio, pese a lo cual los envíos de armas a ese país han continuado en las últimas semanas.
Tras la reunión de hoy, los ministros de Argelia, China, Egipto, Francia, Alemania, Italia, Rusia, Turquía, Congo, Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y EEUU, en un comunicado conjunto constataron que había habido una discusión sobre «las deplorables violaciones al embargo de armas» y que se había renovado el compromiso conjunto de implementarlo y de buscar un sistema adecuado para supervisarlo.
Los ministros participantes, además, apelaron a las partes en conflicto a acelerar las negociaciones para alcanzar un alto el fuego permanente.
El ministro saudí de Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan, en declaraciones a medios alemanes, acusó incluso a Turquía de estar desplazando tropas desde Siria a Libia.
Maas, por su parte, consideró necesario que la UE se comprometa más en la búsqueda de una solución en Libia pues de lo contrario, según dijo, se corre el riesgo de que el conflicto se haga endémico como en Siria, y a diferencia del ministro saudí, destacó la aportación de Turquía en la búsqueda de una solución al conflicto.
En un acto posterior en la Conferencia de Seguridad, el ministro italiano de Exteriores, Luigi di Maio, dijo que contribuir al proceso de paz en Libia es «una obligación para la UE y algo que concretamente para Italia es de importancia estratégica».
«La conferencia de Berlín fue un paso clave. Lamentablemente se rompe permanentemente el cese del fuego y el embargo de armamento», dijo di Maio, que estuvo entre los asistentes a la reunión.
En el conflicto libio, el Gobierno de Unidad Nacional liderado por Fayez Al Serraj está apoyado política y financieramente por la UE, la ONU, Italia y Catar, y recibe además apoyo militar de Turquía, mientras que el mariscal rebelde Jalifa Hafter cuenta con el respaldo de Rusia, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, mientras que Francia y EEUU le apoyan políticamente.
El llamado «proceso de Berlín», impulsado por Alemania, apoya el plan de la ONU que empieza por poner fin a la injerencia de terceros países en el conflicto para luego lograr que las partes se sienten a la mesa de negociaciones.
Posteriormente, el Consejo de Seguridad de la ONU respaldó, en una resolución el 12 de febrero, los objetivos del «proceso de Berlín». Esa resolución fue celebrada hoy expresamente tras el encuentro.
Tras la reunión en Múnich deberán organizarse, según Maas, otros encuentros del grupo de participantes con el propósito de allanar el camino hacia un proceso de paz.
El grupo se ha constituido como «International Follow-up Commite on Lybia» (IFCL) y se reunirá regularmente bajo el liderazgo de la ONU y de una presidencia rotatoria, cuyo próximo turno le corresponde a Italia.
Rodrigo Zuleta EFE
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