Más de 150 familias sobreviven en medio de grandes desafíos que viven a diario en un pedazo de tierra que carece de los servicios básicos para poder vivir dignamente.
Son 13 años de fundado que lleva la invasión Villa Pradera, ubicada en la calle principal del sector Brisas del Paraíso, parroquia Chirica, San Félix.
Viviendas construidas con desechos, se hallan ancladas de lado a lado en angostas veredas de tierra por las cuales se desplazan sus habitantes para movilizarse de un lado a otro.
Durante estos años, los propios vecinos tuvieron que instalar una tubería en la red principal de agua que llega a Brisas del Paraíso y obtener de esta manera el preciado líquido.
Una enramada de tuberías de media pulgada que se cruzan en el camino que parte desde la entrada de la invasión y termina su recorrido en cada casa de zinc o madera que existen en este suburbio.
También, los vecinos se la ingeniaron para conseguir la electricidad. Con alambres electrificaron las veredas, colocaron postes de madera y de esta forma tienen luz eléctrica en sus casas.
Cocinan en fogón y evacuan en letrinas
Habitantes de Villa Pradera se sienten excluidos de los programas sociales del Gobierno, tienen más de tres meses que no obtienen gas doméstico, por lo tanto deben cocinar en fogón.
Marvelis Martínez, es una de las fundadoras y desde que se construyó el barrio no han conseguido uno de los servicios básicos; “todo ha sido esfuerzo de los propios vecinos. La luz la tomamos de uno de los transformadores de la vía principal de Brisas del Paraíso, igual el agua”.
Ella, expresó con mucha tristeza que el gobierno nacional, regional y municipal durante estos treces años no los han tomado en cuenta en los programas sociales, solo reciben la bolsa del CLAP.
Cuenta que llevan cuatro meses sin gas doméstico, muchos de los vecinos tienen que cocinar en fogón y otros pagan hasta 20 dólares por una bombona de gas en “el mercado negro”.
En el barrio no existe red de aguas negras, la gente hace sus necesidades en pozos sépticos, otros evacuan en bolsa de plástico y la echan en el monte o en la alcantarilla.
No todo lo que brilla es oro
Otro lugareño indicó que “no todo lo que brilla es oro, tenemos agua, pero llega el lunes y se va el día jueves. La luz, falla siempre y los pocos electrodomésticos que poseemos se nos han quemado, nadie responde por el sacrificio de los más desposeídos”.
Igual, exclamó que en la comunidad viven más de cincuenta niños. Muchos de los menos no asisten a clases, unos porque sus padres no tienen para comprar uniformes, o para alimentarlos.
Villa Pradera es una de las tantas invasiones que existen en San Félix y Puerto Ordaz que se enfrentan a los desafíos, debido a la falta de atención y apoyo gubernamental.
Propios aseguran que las familias que viven en la actualidad en este espacio, anteriormente pagaban alquiler, o residían hacinadas en la casa de algún pariente, sin embargo, decidieron salir en busca de oportunidades y de una mejor calidad de vida para sus hijos.
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