Normalmente, lo que se conoce en un jardín de las plantas es que la mayoría tiene valores y propiedades medicinales, que en muchos casos, sirven de gran ayuda para las personas, Pero, ¿has llegado a pensar que exista una o muchas plantas con sustancias tremendamente peligrosas que pueden provocar la muerte?
Desde la prehistoria, las plantas se han utilizado como fuente alimenticia y medicinal, debido a los beneficios de sus frutos y sus hojas, ya que antes de la evolución tecnológica, el ser humano tuvo que estudiar y llegar a diferenciar las diferentes utilidades y beneficios de cada una de estas plantas experimentando y corriendo el riesgo consigo mismo.
La vegetación se caracteriza por ser enigmática y, en ocasiones, misteriosa porque está compuesta desde la más hermosa flor y plantas medicinales, hasta la más peligrosa y mortífera especie vegetal.
Turismo: un jardín mortífero
En Northumberland, Inglaterra, se encuentra un complejo compuesto por tres grandes y espectaculares jardines llamado “Jardines Alnwick de Alnwick” con una diversidad de plantas con flores, jardines de rosas fragantes, fuentes en cascada los cuales se encuentran ubicados en las adyacencias del Castillo Alnwick, estos jardines fueron creado por los Duques de Northumberland en 1750.
Exactamente para 1995, cuando el hermano de su esposo fallece, Jane Percy se convirtió en la Duquesa de Northumberland y le fue otorgada la responsabilidad de los jardines, pero luego de un viaje que hizo a Italia en el que visitó el infame jardín de venenos Medici en el que quedó encantada.
Por lo que se dedico a recolectar todo tipo de plantas altamente peligrosas para comenzar a crear su jardín encantado y es exactamente en el 2005 cuando “El Jardín Venenoso” comienza a formar parte de los jardines de Alnwick Gardens, en el que se encuentran plantadas más de 100 especies mortales con el potencial de matar a una persona en solo segundos.
Mientras los visitantes del complejo recorren este jardín, le solicitan que no huelan ni toquen las plantas letales alojadas allí. La inhalación del aire alrededor de las plantas también está estrictamente prohibida ya que también se han informado casos pasados de desmayos debido a la inhalación de humos tóxicos.
Lo que caracteriza a este jardín es la colección de plantas más mortales del mundo. El jardín está separado del resto de la propiedad de Alnwick Gardens por puertas de hierro que llevan el signo del cráneo y las tibias cruzadas, lo que indica letal y peligrosa naturaleza que se encuentra más allá de las puertas. Las plantas tóxicas alojadas en este jardín han sido recolectadas de todos los rincones del mundo donde se conoce su peligrosa reputación. Algunas plantas almacenadas aquí son tan peligrosas que incluso tocarlas puede matar a un ser humano adulto. Muchas de estas plantas están enjauladas para la seguridad de los visitantes. El jardín también está fuertemente vigilado para evitar contratiempos.
Especies destacadas
El árbol de estricnina
Esta planta es originaria de India y pertenece a la familia Loganiaceae, contiene dos alcaloides considerados como los mayores venenos en el mundo entero conocidos como estricnina y brucina.
Planta de aceite de ricino
Las semillas de esta plantación son las encargadas de almacenar la toxina letal de ricina, que es tan potente que una dosis de solo 4 a 8 semillas podría matar a un adulto.
Cicuta:
Cuenta con una estructura química y con varias propiedades farmacológicas parecidas a la nicotina, altera el funcionamiento del sistema nervioso central, la toma de dosis aparentemente pequeñas pueden fácilmente provocar convulsiones, parálisis ascendente, colapso respiratorio y hasta la muerte.
Este lugar también tiene plantas como la adormidera, el cannabis y la coca, que son utilizadas con fines educativos para crear conciencia sobre la adicción a las drogas.
El jardín venenoso fue creado con la finalidad de «generar conciencia sobre las peligrosas consecuencias producidas por las drogas que son nocivas e ilícitas», por lo que existe un programa educativo en el que las guías del jardín pueden usarse como una forma de hablar sobre las drogas, a los estudiantes. Según la duquesa, «es una forma de educar a los niños sin que se den cuenta de que están siendo educados».
Oswaldo Jiménez [email protected] / Agencias
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