La familia ha sido considerada a través del tiempo como la primera escuela de los niños y jóvenes erigiéndose de esta manera en una institución que reproduce el sistema de valores los cuales van a incidir en el medio, en el entorno, en la sociedad en general. La persona además de identidad física, adquiere identidad cultural a través de los valores, costumbres, hábitos de vida, sistema de creencias los cuales se adquieren no solo a través de otras instituciones sino fundamentalmente por medio de la familia.
Desde la familia la persona aprende el patrón de su cultura. La experta Psicoterapeuta en materia de Familia, Virginia Satir en relación a la familia expresa “…Para entender el mundo, podemos estudiar a la familia pues ella representa un microcosmos de la sociedad…”.
Es de importancia vital revisar los valores que desde la familia estamos sembrando en nuestros hijos. Necesitamos una familia en la que sobremanera los padres estén conscientes de su rol como figuras de autoridad y como tal son un modelo a seguir por los hijos lo que va a incidir en el desarrollo de su personalidad y por ende en su conducta, que en sus relaciones prevalezcan normas, hábitos , reglas claras y sanas .
Una familia que reconozca su papel protagónico en la sociedad, que resuelva sus conflictos a través de una comunicación asertiva, afectiva, que ataque los problemas y no a los miembros de la familia, que no deleguen en los Educadores su responsabilidad en la formación de valores y hábitos sanos, que apoye a sus hijos en sus tareas y otras actividades que contribuyan en su desarrollo como seres humanos.
Una familia en la que prevalezca el respeto, el amor, la honestidad, la justicia, la solidaridad, el respeto por las diferencias, la equidad entre sus miembros como valores fundamentales para fomentar la paz. Al respecto el Dr. Pérez Esclarín expresa… ” la paz y la guerra nacen en la familia …“. Desde la familia contribuimos a la construcción de una sociedad más justa o por lo contrario de una sociedad violenta, todo esto se encuentra íntimamente relacionado a los valores que desde ella sembramos en nuestros hijos.
Es necesario tener presente que el niño durante los primeros cinco o seis años se encuentra sujeto por completo a las experiencias, vivencias de otras personas que le transmitirán sus normas, comportamientos, hábitos de lo cual dependerá en gran medida sus niveles de Autoestima, estos principios y valores le son transmitidos en primera instancia por la familia, posteriormente recibirá otras influencias externas como por ejemplo desde la escuela.
De manera tal que el ejemplo juega papel fundamental en la formación de los valores desde la familia, es decir nos erigimos como modelos a seguir por nuestros hijos desde nuestras actuaciones.
La familia debe recuperar su papel como primera y principal escuela y conjuntamente con los maestros deben plantearse con decisión trabajar la siembra de valores y la emocionalidad de los niños y jóvenes en aras de enaltecer su personalidad y que puedan canalizar los conflictos tanto internos como externos que se le puedan presentar en la vida cotidiana. En manos de la familia y de la escuela reposa la noble tarea de la formación de un nuevo hombre, del nuevo Republicano del cual requiere nuestra Patria.
En este sentido es necesario que revisemos los valores que estamos fomentando desde nuestra familia, es importante que evaluemos nuestro rol como padres, cómo lo estamos haciendo…con nuestras actuaciones estamos formando un niño o un hombre, cargado de amor por su prójimo, o por el contrario estamos contribuyendo acrecentar los niveles de deterioro, de violencia e irrespeto a los derechos que como seres humanos nos son inherentes.
Abog. Dinora García Rausseo
Orientadora Sistémica Familiar y Educacional
Máster en Terapia con PNL
Neurofacilitaora
Defensora de los Derechos Humanos
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