Palma, España.  La exgimnasta española Gloria Viseras, fundadora de la organización sin ánimo de lucro «Oro, Plata y Bronce», asegura que el abuso sexual es la última línea de violencia en el deporte, aunque para ella existen otras formas de utilizar la fuerza e intimidación que preceden a esta violación de la libertad sexual.

Defiende que la sociedad y los clubes deportivos «quitan mucha importancia» a la violencia en este ámbito a pesar de que es «muy dañino para los niños» y detalla a Efe los distintos tipos de violencia a los que están sometidos los deportistas, como la emocional, física, psicológica, insultos, negligencia, y el bullying.

«Hacemos sensibilización, formación, talleres, trabajamos con instituciones públicas y a nivel europeo y mundial. Hacemos un poco lo que podemos», ha admitido.

Viseras ha visitado Palma este jueves para participar en las jornada «Buenas prácticas en la prevención del abuso sexual a menores», organizada por el Ayuntamiento de Palma y la Fundación Rana.

Ha especificado que su misión es prevenir los otros tipos de violencia en entornos deportivos para que no se lleguen a producir los abusos sexuales.

En relación al aumento de la visibilidad de este tipo de casos en los medios de comunicación, Viseras ha argumentado que la sociedad actual está «más sensibilizada» gracias al trabajo de muchas asociaciones, como la Fundación Rana.

Sin embargo, ha destacado que en la década de los 80 existía un abuso institucionalizado a los deportistas en muchos países europeos y comunistas y que aunque actualmente se «ve un poco más» siguen produciéndose muchos casos, ya que es algo que está muy normalizado y no se denuncia.

«Ahí es donde trabajamos», ha incidido y ha matizado que una de las dificultades de estos abusos es la corta edad de los niños que los sufren.

«Como adultos sabemos muy bien cuál es el límite del sufrimiento», ha destacado.

También ha diferenciado entre las cosas que se deben hacer para ser buen deportista y las vejaciones o abusos que sufren algunos de ellos para tratar de conseguir mejorar en su disciplina deportiva.

«Por ejemplo tú tienes que saber que para ser buen deportista tienes que hacer 6.000 abdominales, pero ese es un tipo de sufrimiento que sabes que tienes que soportar. Pero lo que no tienes que soportar es que te llamen gorda, anormal, puta… Este es otro tipo de sufrimiento. Como adulto sabemos diferenciarlo, pero los niños no saben», ha alegado la exgimnasta, quien ha remarcado «la gente confunde la disciplina con el abuso y el sometimiento».

«Todo esto es lo que queremos erradicar del deporte, queremos que se trate a los deportistas con respeto», ha puntualizado.

También ha explicado Viseras que el objetivo que se debe perseguir es que el niño se encuentre más seguro hablando que permaneciendo en silencio y que sea capaz de poder pedir ayudar, aunque no sea directamente a uno de los padres, basta con que sea a una persona adulta de confianza.

En su opinión, la solución para acabar con este problema es «hacer un cambio de cultura» y ha puesto como ejemplo el cambio que se llevó a cabo en la educación al dejar de permitirse que se pegara a los alumnos en los colegios.

«En el deporte todavía no se ha hecho ese cambio y hay que hacerlo. Un cambio cultural y de metodología para que los niños no sean el vehículo para que los padres sean exitosos», ha señalado.

Para la exgimnasta «los niños tienen su propia voz y deseos y hay que incluirlos en las tomas de decisiones».

Además, ha criticado que muy pocos clubes deportivos cuenten con una estrategia de protección completa, por lo que ha reclamado que establezcan mecanismos de control, reglamentos, buenas prácticas y reglas de contratación segura de personal.

Respecto a los datos sobre abusos sexuales infantiles en el deporte, Viseras ha indicado que en la mayoría de casos los abusadores son hombres adultos que se propasan con niñas.

«El deporte es uno de los entornos donde el que quiere abusar de niños encuentra un entorno perfecto donde lo puede hacer», ha lamentado.

También ha destacado que los últimos estudios destacan un repunte de casos de abuso y acoso sexual entre compañeros con una relación desigual de poder, en la que «siempre hay uno que tiene más poder que el otro».

En estos casos, la estrategia que debe seguirse es formar a los deportistas para conseguir que si algún compañero se entera de algo, lo cuente y que la persona sea capaz de denunciarlo.

«Se trata de ver cómo actuar con el niño que ha sido violentado y de ver qué es lo que le pasa al niño abusador», ha concluido.

EFE

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