Lakeland, Florida. José Altuve insiste en que está listo para soportar las críticas. Lo que no pudo evitar fue un lanzamiento que lo golpeó.
“Le dieron en el pie. No fue nada, ¿saben a qué me refiero?”, comentó el manager de los Astros de Houston, Dusty Baker, tras la victoria conseguida el lunes por 11-1 sobre los Tigres de Detroit en un juego de pretemporada, disputado en un semivacío estadio Joker Marchant. “No fue intencional”.
Es una marcada diferencia respecto de lo ocurrido hace unos años, cuando el bajito intermedista figuraba entre los peloteros más populares de las mayores.
Aquello fue antes de que Altuve y sus compañeros de Houston se vieran implicados en el escándalo de robo de señales que estremeció el béisbol durante el receso entre campañas.
“Sólo oí algo de ruido, eso es todo”, dijo el venezolano.
Altuve y otros titulares, como Alex Bregman, el puertorriqueño Carlos Correa y el cubano Yuli Gurriel, jugaron por primera vez en la pretemporada. Houston había iniciado su actividad dentro de la Liga de la Toronja en el estadio que comparte con los Nacionales de Washington, campeones de la Serie Mundial. Pero ésta fue la primera ocasión en que los Astros salieron de su complejo.
Y lo que se encontraron fue una prueba de lo que podría ocurrir durante la temporada regular.
En realidad, la recepción durante la visita a Lakeland, Florida, fue menos hostil de lo que se puede atisbar para la campaña.
Los primeros fanáticos en llegar, entre los 4.891 que vieron el encuentro, recibieron indicaciones del personal del parque, para que no se congregaran cerca del dugout de los Astros, a menos que tuvieran boletos para palcos cercanos a la raya de la antesala.
De todos modos, los críticos comenzaron sus manifestaciones tras la práctica de bateo. Abuchearon a los peloteros de Houston cuando fueron presentados, y manifestaron su descontento cada vez que se presentaron en la caja de bateo Altuve, Bregman, Correa y Gurriel.
Hubo algunas aclamaciones para Altuve… cuando cometió un error, al soltar un tiro de Bregman desde la antesala.
El cuarteto debió soportar otra oleada de abucheos cuando se marchó del encuentro y emprendió la larga caminata por la línea de la inicial hacia el clubhouse de los visitantes.
Altuve vio pasar el tercer strike, ante una ovación, en su primer turno. En el segundo, acalló al público con un doblete productor al rincón del jardín izquierdo.
No mostró disgusto cuando fue rozado en el pie por el lanzamiento del relevista Nick Ramírez en el quinto inning. El bateador que vino antes del venezolano, Myles Straw, había conectado un vuelacerca.
En cuanto llegó a la inicial, Altuve fue reemplazado por un corredor.
EFE
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