Riga (Letonia)- El Gobierno de Letonia tiene previsto aprobar la semana próxima una ley para restringir el empleo del ruso en los sectores público y privado y en el comercio, en el marco de un creciente antagonismo hacia Rusia y lo ruso por la invasión de Ucrania.
El borrador de la ley, que será presentado este lunes a los socios de coalición del primer ministro centroderechista Krišjānis Kariņš, se marca como objetivo aplicar en la práctica el resultado del referéndum de 2012 sobre el uso del ruso.
Entonces, un 74,8 % de los letones se pronunció en contra de reconocer como lengua oficial el ruso, que según datos de 2019 de la Oficina Central de Estadística Letona (CSB) es el idioma nativo de un 37,5 % de los ciudadanos, muchos de ellos descendientes de trabajadores instalados en el país báltico por las autoridades soviéticas.
El proyecto de ley pretende «mitigar los efectos de la rusificación a largo plazo y erradicar la práctica cotidiana de emplear tanto el letón como el ruso en la comunicación diaria en el entorno de trabajo y en los servicios».
La prohibición de facto de usar el ruso se extenderá no sólo a los organismos públicos, sino también, entre otros, a la comunicación con los clientes de compañías como bancos y empresas de telecomunicaciones, al transporte público, las infraestructuras como aeropuertos y estaciones e incluso al servicio de recogida de basuras.
La ley no impediría, por el contrario, el uso del ruso en conversaciones individuales en un comercio o el empleo de intérpretes para interactuar con la administración pública; además, se hará una excepción para emergencias o situaciones de riesgo.
En cuanto al entorno de trabajo, la ley afirma que «el empleador tendrá prohibido demandar que el empleado conozca o use un idioma (…) que no sea un idioma oficial de la Unión Europea», con lo que se pretende evitar que el ruso sea un requisito para acceder a determinados puestos.
Está previsto que la ley entre en vigor el 1 de julio de 2023 y quienes la infrinjan podrán ser sometidos a sanciones administrativas que todavía están por especificar.
Una de las impulsoras del proyecto ha sido la escritora Liana Langa, que durante semanas ha hecho campaña en Twitter por la «desrusificación» de la esfera lingüística y por el uso exclusivo del letón.
En su cuenta, la autora destaca ofertas de trabajo que exigen conocimientos de ruso, menús de restaurante en ruso y páginas web institucionales y de empresas o servicios de atención al cliente con versiones rusas.
Langa mantiene que 31 años después de que el país báltico recuperase su independencia de la Unión Soviética, en la que el ruso era la principal lengua de comunicación entre los diversos grupos étnicos, el letón sigue estando bajo amenaza.
No obstante, la Agencia del Lenguaje Letón (LVA) es menos alarmista, y en un estudio de 2021 halló que en los últimos años una tendencia positiva ha llevado a que, por lo menos en las áreas reguladas por el Estado, el letón sea el lenguaje prioritario.
Según la LVA, en 1989 sólo el 23 % de las minorías -es decir, de las personas de etnia no letona- sabían hablar la lengua del país, mientras que en 2019 este porcentaje ha ascendido al 90 % y el estudio remarca que los rusófonos más jóvenes tienen un nivel de letón mejor que el de los más mayores.
Según un sondeo, el 92 % de los rusófonos hizo uso del letón en su puesto de trabajo en el último año y un 90 % hizo lo propio en las instituciones educativas, un ámbito donde el sistema dual existente hasta ahora será sustituido a partir de 2025 por la enseñanza exclusiva en letón.
En discusiones en redes sociales, Langa niega que quiera expulsar de Letonia a los rusófonos y asegura que sólo quiere corregir el desequilibrio lingüístico.
No obstante, en el contexto de la retirada de monumentos soviéticos y de los llamamientos a restringir los visados y permisos de residencia para rusos en el marco de la guerra de Ucrania, algunos letones de origen ruso creen que el proyecto de ley amenaza su futuro en el país.
Elizabete Krivcova, abogada y activista por los derechos de los rusófonos, declaró a Efe que «está claro que el objetivo de todo esto es expulsar del país a todos los rusos, nativos o inmigrantes», algo que se ha convertido en un «fin en sí mismo» sin relación con la guerra en Ucrania.
Krivcova no se plantea marcharse y será candidata al Parlamento por el partido socialdemócrata «Harmonía» en las elecciones el próximo mes de octubre, pero afirma que cada vez más rusófonos dan vueltas a la posibilidad de abandonar Letonia.
Juris Kazha EFE
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