París.- El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió este martes continuar la lucha contra los terroristas yihadistas en la región del Sahel, pero a la vez intensificar la acción en favor de las poblaciones civiles liberadas.

«Debemos dar perspectivas a las poblaciones del Sahel», afirmó Macron en una intervención por vídeo desde París ante la cumbre en Yamena de los jefes de Estado del grupo G5 Sahel (Níger, Mauritania, Burkina Faso, Mali y Chad).

El dirigente francés repasó los logros del último año en el plano militar y de seguridad, gracias tanto a las fuerzas de los países africanos como a la operación Barkhane lanzada por París en 2013 y que actualmente mantiene en la zona unos 5.100 militares.

Así, Macron recalcó que los yihadistas han perdido el control de numerosas zonas y «sufrido graves pérdidas», por lo que pidió «pasar a una nueva etapa» en la ofensiva, incrementando la cooperación militar regional.

Reiteró el compromiso de buscar y lograr «financiación exterior duradera, sobre todo de Europa», para la fuerza militar colectiva G5 Sahel, que requiere unos 40 millones de euros anuales para su funcionamiento.

Macron pidió «intensificar la acción» para «decapitar las organizaciones» yihadistas de la región, aunque recalcó que se trata de una estrategia «no solo militar».

Por ello, insistió sobre todo en la necesidad de que, ahora que los yihadistas han perdido muchas zonas que controlaban, hay que dar «un segundo salto» con «el retorno de la seguridad y los servicios a la población».

En este frente civil el presidente francés pidió «objetivos cuantificables y tangibles» así como la participación de socios exteriores, con la Unión Europea como «un actor clave de acompañamiento a este impulso civil» de la estrategia antiterrorista.

«La movilización internacional en favor del Sahel jamás ha sido más potente», recalcó Macron.

Recordó iniciativas no militares para favorecer el desarrollo de la zona, como la Gran Muralla Verde, una iniciativa para crear una banda ininterrumpida de vegetación y tierras cultivadas en los once países de la franja Sudán-Sahel para frenar el avance del desierto del Sahara, aumentar la producción de alimentos y crear empleo.

Otra es la implicación de la Organización Internacional de la Francofonía en mejorar la educación y el apoyo a la población civil en la zona. «Francia seguirá haciendo su parte», prometió Macron.

 

EFE

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