Su rival en la gran final del sábado será la kazaja Elena Rybakina, que ganó a otra bielorrusa, Viktoria Azarenka, por 7-6 (4) y 6-3.
Sabalenka necesitó de cinco años con una presencia notable en la parte más privilegiada de la lista WTA y once títulos profesionales para dar el salto más ansiado: una final de Grand Slam, que se le había negado hasta en tres ocasiones con otras tantas derrotas en semifinales.
Contó con el público jubiloso de una Rod Laver Arena, que presentó una gran entrada como consecuencia de que Australia celebra cada 26 de enero el día nacional del país, y supo lidiar mejor con las condiciones ventosas y frescas que su rival Linette.
Sabalenka se convirtió virtualmente en la número dos de la clasificación WTA, mientras que Linette escaló hasta la posición 22.
Rybakina recuperó su versión de Wimbledon
La kazaja Elena Rybakina, cabeza de serie número 22 del torneo, recuperó su mejor versión, que le hizo levantar el título en la pasada edición de Wimbledon, y se clasificó para la final del Abierto de Australia al ganar en una hora y 41 minutos a la bielorrusa Viktoria Azarenka (24) por 7-6 (4) y 6-3.
Rybakina se ha impuesto en las tres últimas rondas a sendas campeonas de Grand Slam: la polaca Iga Swiatek, la letona Jelena Ostapenko y la propia Azarenka.
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