Con 45 años de fundada la Unidad Educativa Nacional Los Olivos, ubicada en la urbanización que llevaba el mismo nombre, parroquia Universidad, en Puerto Ordaz, dicho centro educativo sobrevive a graves deficiencias a las que el Ministerio de Educación no dan respuestas.
Padres y representantes se quejan por las condiciones precarias en las cuales se imparten las clases a los estudiantes, igualmente, denunciaron el deterioro evidente de la estructura, ellos han podido solucionar algunos problemas puntuales para que sus hijos no pierdan clases.
Las ventanas de las aulas, en planta baja, se encuentran envueltas en mallas ciclónicas para evitar que amigo de lo ajeno ingresen al liceo, pero a pesar de estas medidas, los ladrones han encontrado formas de acceder al recinto, abriendo boquetes en las paredes para sustraer lo que pueden.
Esfuerzos en vanos
Los esfuerzos de la comunidad educativa para mejorar las condiciones son constantes, sin embargo, resultan infructuosos. A pesar de sus intentos por adquirir ventiladores, utensilios de cocinas, equipos de mantenimiento, entre otras cosas que se necesitan en el liceo, la situación continúa siendo crítica.
Todos los aires acondicionados dejaron de funcionan, o han sido robados. El personal administrativo y profesores laboran en condiciones inhumanas, en tanto que los alumnos reciben clases en sitios que no reúnen las condiciones mínimas.
“El liceo, tiene aspecto de un centro de reclusión por la malla de alambre que protege la planta baja. Todas las ventanas se encuentran selladas con láminas de acero para protegerse de los delincuentes”, indicó un alumno.
Laboratorio de Informática
El problema en la UEN Los Olivos, no es solo el hampa, también, tuvieron que cerrar el laboratorio de informática por el olor putrefacto que producen las palomas que invadieron las instalaciones.
Para evitar algún tipo de enfermedad, los alumnos no reciben clases en un área del liceo, adyacente a los nidos de las palomas; aunado a las filtraciones de aguas de lluvias por el techo, las mismas han ido deteriorando las instalaciones y generando olores por la humedad.
Según, representantes del Ministerio de Educación en el estado Bolívar, tienen conocimiento de la gravedad del caso, pero aparentemente nadie da respuestas a las deficiencias que enfrentan a diario en dicho plantel.
Muchos estudiantes no cuentan con un lugar adecuado para sentarse y aprender; tanto el alumbrado interno como externo es deficiente; no todos los baños se encuentran en funcionamiento, lo que representa un grave problema para la higiene de los estudiantes y las altas temperaturas en las aulas hacen que sea difícil concentrarse y aprender.
Alrededores del liceo
Perjudicados expresan un creciente temor de permanecer en los alrededores del liceo, debido a las precarias condiciones de su entorno.
Las aceras están cubiertas de arena arrastrada por las lluvias, lo que dificulta el tránsito, mientras que la maleza en la parte posterior del plantel se ha convertido en un refugio para delincuentes.
El estado físico de la institución genera una profunda preocupación entre los estudiantes. Ellos señalan que el evidente descuido de la estructura no puede ocultarse; la fachada del edificio ha recibió solo una mano de pintura que se ha desvanecido, revelando el deterioro de la edificación.
Admitieron que los pocos logros para mantener el liceo, ha sido gracias a los esfuerzos de padres y representantes, quienes se han encargado de reparar lo que los delincuentes destruyen en las horas nocturnas.
Según, se organizar para tener un vigilante que para ellos, no es suficiente pero pudiera evitar que los ladrones continúen destruyendo lo poco que obtienen con esfuerzo.
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