Gaza.- Cientos de miles de alumnos de Gaza volvieron hoy al cole tras meses sin clase por el coronavirus: lo hacen con un mes de antelación para recuperar las materias perdidas en el confinamiento, y bajo medidas para evitar contagios, aunque la franja no registra focos de infección y la pandemia está controlada.
Esta mañana, las calles volvieron a estar repletas de niños con uniformes escolares que cargaban sus mochilas e iban a pie o acompañados en coche y autobús a la escuela, una imagen que no se ha visto desde hace casi cinco meses, y que supone el retorno a la normalidad para los más pequeños.
Centros de primaria y secundaria públicos, privados y gestionados por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) -que asume gran parte de tareas educativas en el enclave- reabrieron tras adaptarse a nuevas condiciones de higiene: sus instalaciones se limpiaron y desinfectaron los últimos días para acoger a los alumnos, que deben llevar máscarilla y guantes.
El Ministerio de Educación de Gaza -gobernada por el movimiento islamista Hamás- decidió iniciar el curso con un mes de anticipación para que los alumnos puedan recuperar las clases que perdieron por la clausura de las escuelas a finales de marzo, tras el inicio de la pandemia, cuando Hamás declaró el estado de emergencia e impuso un cierre que ha ido suavizando gradualmente en los últimos meses.
En total, Gaza tiene unos 550.000 alumnos repartidos en unos 679 escuelas (402 están administradas por el Gobierno, y 277 por UNRWA).
En los centros de UNRWA, habrá un margen de hora y media entre el turno de mañana y de tarde para esterilizar las aulas, mientras que los comedores públicos se mantienen cerrados, y los alumnos deben traer su comida y bebida de casa.
A diferencia del resto de territorios palestinos o Israel -que padecen una fuerte segunda ola de contagios-, el impacto de la COVID-19 en Gaza ha sido hasta ahora muy moderado.
La franja -con dos millones de habitantes- registró solo un muerto y 78 positivos, todos detectados en palestinos llegados del exterior y puestos en cuarentena tras pasar los pasos fronterizos con Egipto e Israel.
Esto contribuyó a que el virus no se propagara por esta lengua de tierra densamente poblada: en su interior no se detectan focos de infección, la pandemia parece bajo control y Hamás no aplica grandes restricciones, lo que contrasta con el resto de la región.
Pero la posible expansión de los contagios es algo temido para muchos: Gaza, con una economía muy castigada por el bloqueo impuesto por Israel desde 2007, tiene un sistema de sanidad precario, que podría verse rápidamente abrumado con un brote de COVID-19 que todo el mundo quiere evitar.
EFE
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