Por Luis Ramón Perdomo Torres ([email protected])

Buscando respuestas, para ver como afrontar de una mejor manera, esta situación de crisis colectiva que vivimos los venezolanos ante la escasez de alimentos, de medicina, de agua, de electricidad y ahora la escasez de gasolina que tiene semiparalizado nuestro parque automotor y por ende lo que queda de nuestro sistema productivo. Me encuentro con un artículo de opinión publicado en la Revista Latinoamericana Polis, del Investigador social en las áreas de ciudadanía, Oscar Useche Aldana, que describe perfectamente esa reacción psicológica que se ha apoderado de todos nosotros: MIEDO, y que, usando una expresión en grado superlativo, muy de mi pueblo, sería: “MIEDO PÁNICO”, que los caicareños la usamos para referirnos a un momento en que experimentamos la mayor intensidad del MIEDO.

Del artículo del señor Aldana cito lo siguiente:” el miedo es hoy uno de los elementos constitutivos más poderosos de las relaciones sociales y de los procesos de producción de subjetividades que buscan la homogenización y la desaparición de las diferencias, así sea a costa de la liquidación de los diferentes. El miedo se constituye en un operador de los territorios del poder para el control y la contención del deseo de los ciudadanos y, las políticas que lo promueven, se transforman y articulan a las nuevas modalidades de la guerra”. Para los venezolanos estas palabras nos son un mero enunciado, sino que la propia realidad lo ha superado. Por eso desconfiamos de todos y de las variadas propuestas, que se han hecho. Algunos piden que vengan potencias extranjeras acabar con el statu quo, e imponer otro. Existen los que apuestan al ya desgatado diálogo, acogida con escepticismo debido al gran apego de poder que tienen quienes hoy dirigen las instituciones del estado.

 Frente a este panorama está la inmensa mayoría del pueblo, que” anda como oveja sin Pastor”, esperando que le marquen el rumbo, pero tenemos MIEDO, de tomar la iniciativa que nos lleve a concientizarnos a todos, de lo necesario que estemos unidos para exigir un restablecimiento del orden donde el derecho y la dignidad de las personas esté por encima de los intereses particulares o grupales. Y para esto es más que necesario tener fe en DIOS, y creer en sus designios, porque tal como lo hemos dicho en otros momentos, lo contrario a la fe no es tanto la incredulidad, sino el MIEDO.

Y si creemos en Dios y en su Palabra presente en las Sagradas Escrituras, podremos ubicar tal como lo señalan los expertos. las 365 citas Bíblicas donde se nos invita a no tener MIEDO, es decir una para cada día del año, y cada circunstancia tormentosa. Un mensaje de fuerza espiritual para asumir con valentía los reclamos ante las injusticias, porque el mismo Señor nos dice: “¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellas. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y él no te abandonará ni te dejará desamparado” (Dt 31,6). Es esta la respuesta que he encontrado para afrontar esta coyuntura y compartirla con ustedes.

 

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