Muchos padres se enfrentan a un recién nacido que duerme mucho durante el día y por las noches permanece despierto, sin tener aparentemente alguna patología o enfermedad, o sea es un recién nacido por lo demás sano.-

Hacia los 6 meses, los niños ya no confunden el día y la noche, pero el verdadero ritmo circadiano se establece hacia la tercera semana. Se trata de un largo aprendizaje. El recién nacido tomara como referencia los acontecimientos que se producen de forma regular a lo largo del día para saber en qué momento de la jornada se encuentra.

Hacia la tercera a cuarta semana se establecen los ritmos circadianos, los cuales se rigen por una programación de orden genético. Conforme avancen las semanas y los meses, el bebe ira adquiriendo conciencia de lo que sucede a su alrededor. Observara y podrá expresar rápidamente lo que siente con sus gritos, ya sea alegría o pesadumbre.

Conciliar el sueño pasa a ser menos imperioso, menos básico, y los estímulos del entorno, cada vez más atrayentes, aceleran su maduración cerebral. Su vida es totalmente rítmica, Sucede con las tomas de leche, pero también con el baño, los paseos. El final del día también viene marcado por una especie de ritual, ya que la luz es diferente y dejan de oírse ruidos. El bebe experimenta la oscuridad. Sus padres le imponen un horario social y familiar y cuanto más regular es dicho horario más fácil le resulta al niño tomar puntos de referencia.

Es importante mostrarle indicios que marquen el día y la noche. Así pues, conviene que durante el día duerma en una habitación iluminada con luz natural y que por las noches lo haga en la oscuridad. Poco a poco también entenderá que las actividades sociales se desarrollan durante el día y que se descansa por la noche, nociones que asimilara de forma natural conforme aumente el número de horas seguidas que duerme sin despertarse, y así el bebe dormirá cada vez menos durante el día y más en la noche.-

El ritual suele comenzar con el baño, el agua tibia provoca cierto estado de relajación, luego viene la toma de la leche (lactancia materna o un biberón).El cambio de pañal y la introducción en la cuna ha de hacerse en una habitación con poca luz y con gestos suaves. Cuanto más tranquilidad y dulzura sienta el niño en los momentos previos a la hora de acostarse, con mayor facilidad se dormirá.

La hora de dormir debe ser un momento tranquilo. Si el bebe nota nerviosismo de sus padres, tendrá problemas para dormir.-

Hasta la próxima.

 

Dr. Hugo Lezama Hernández

Puericultor-Pediatra. Egresado de la Universidad de Oriente (UDO).-

Secretario de Relaciones Institucionales de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, Filial Bolívar.

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