Caracas.- El nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha ganado confianza entre la comunidad internacional, que ve con optimismo el reparto de rectores -3 chavistas y 2 opositores-, así como la fórmula de elección y la sensación de apertura, aunque lo toma con cautela y espera más acciones.
Los pronunciamientos hechos al respecto por parte de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos suponen un cambio significativo en la visión que ambos bloques tenían sobre el ente electoral saliente, al que criticaron en repetidas ocasiones, por haber sido designado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y no por el Parlamento, así como por su composición.
Sin embargo, si bien las grandes potencias ven con optimismo la fórmula del CNE y la mayoría de opiniones emitidas, tanto en el ámbito internacional como en el nacional, van en el mismo sentido, también hay voces discordantes, como el caso de la Organización de Estados Americanos (OEA), que mantiene la misma postura de rechazo que tenía con el órgano electoral anterior.
Por otra parte, están otras agrupaciones que decidieron guardar silencio al respecto, pero el caso más llamativo es el del Grupo de Lima, cuyo objetivo, desde su creación en 2017, es buscar una salida pacífica a la crisis de Venezuela.
La instancia multilateral, a la que pertenecen 12 países -Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú-, acostumbra a emitir pronunciamientos críticos sobre cualquier movimiento en el ámbito político que se produce en Venezuela y que considera negativo.
ÁMBITO INTERNACIONAL
La UE destacó que la designación del nuevo CNE es «un primer paso» en el camino hacia un proceso electoral «creíble, inclusivo y transparente» en el país latinoamericano, aunque -precisó- seguirá evaluando el desarrollo y el desempeño.
«La designación del Consejo Nacional Electoral (CNE) es un primer paso y parte de un proceso que seguiremos evaluando», dijo el portavoz principal del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Peter Stano, en una declaración enviada a EFE.
Matizó que «este proceso debe ser liderado por los venezolanos y debe incluir otros elementos que garanticen un proceso electoral creíble, inclusivo y transparente, como piden los propios venezolanos», algo en lo que coincide EE.UU., que apoya «una solución integral y negociada» a la crisis en Venezuela.
La solución, dijo la subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung, ha de abordar todos los aspectos para que se den las condiciones de unas «elecciones libres y justas».
En consonancia con la UE, Chung manifestó que «depende de los venezolanos decidir si el nuevo CNE contribuye a este fin», y deben seguir los cambios, como levantar prohibiciones a partidos, liberar a presos políticos o invitar a observadores electorales internacionales creíbles y un calendario electoral público».
Por su parte, el Gobierno español destacó que el nuevo CNE cuente entre sus miembros «con personalidades de la oposición democrática apoyadas por organizaciones de la sociedad civil».
El Ministerio de Asuntos Exteriores subrayó que «es un primer paso, al que aún deberían seguir otras medidas necesarias para garantizar la celebración de elecciones justas, creíbles y transparentes», en la misma línea que los grandes bloques.
Sin embargo, en el lado opuesto se encuentra la OEA, que rechaza el ente electoral, por considerar que está votado en un Parlamento «ilegítimo» elegido en «unas elecciones fraudulentas», lo que -aseguró- «vicia de nulidad sus actos y decisiones, entre ellas, la elección de los rectores del CNE».
En la misma línea, se posicionaron, a título individual, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Bob Menéndez, y el senador demócrata Dick Durbin, que rechazaron la elección del organismo electoral.
ÁMBITO NACIONAL
En Venezuela, fue rechazado por el grupo opositor que lidera Juan Guaidó, que ya mostró su desagrado incluso antes de que se produjera la votación de rectores ni conocer los nombres que saldrían elegidos, opinión que comparte la opositora María Corina Machado, de la formación Vente Venezuela, quien se alineó con la postura de la OEA a la vez que criticó la de la UE.
Sin embargo, el destacado opositor y dos veces candidato a la Presidencia Henrique Capriles, quien apuesta por el diálogo para lograr el bien común, manifestó que el nuevo CNE es «un primer paso indispensable» para abrir caminos de cara a la democracia y a la reconstrucción política de Venezuela.
También defendió la formación del órgano rector la principal patronal del país, Fedecámaras, que consideró que es el resultado de «meses de esfuerzos» de sectores sociales y líderes políticos.
«Tener una representación en el CNE de importantes líderes de trayectoria electoral», después de 17 años, es el «resultado de meses de esfuerzos, encuentros» y compromiso de sectores políticos y sociales para «lograr condiciones legítimas en los procesos electorales», concluyó la organización empresarial.
Sabela Bello EFE
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