Ginebra.- La ONU manifestó hoy su temor a la radicalización de miles de mujeres y niños de diversas nacionalidades que están retenidos en campamentos de desplazados en Siria, bajo control de fuerzas kurdas, porque sus países de origen se niegan a repatriarlos por considerarlos terroristas.

Unos 11.000 familiares de combatientes extranjeros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) estarían viviendo en el campamento de Al Hol, así como en otros dos asentamientos menores, ubicados todos en el noreste de Siria.

A ellos, a diferencia del resto de residentes, se les restringe el acceso a los alimentos y a la atención médica.

«Al menos 350 niños han muerto por razones que se podían prevenir, por desnutrición o por heridas infectadas que no fueron tratadas», denunció hoy la comisión creada por la ONU para investigar los crímenes perpetrados por todas las partes que han participado desde 2011 en la guerra de Siria.

Liderada por el jurista brasileño Paulo Pinheiro, la comisión presentó hoy su décimo octavo informe, en el que documenta el impacto del conflicto en los derechos humanos de la población, en particular de los 13 millones de desplazados internos.

En el último año, uno de los escenarios principales de esta guerra ha sido el noreste de Siria, de donde una fuerza kurdo-siria apoyada por Estados Unidos expulsó al EI del último territorio que controlaba el pasado marzo.

Tras esa victoria, las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) detuvieron a las mujeres que se habían unido a la organización terrorista y a sus hijos, una parte de ellos de origen extranjero.

Entre ellos también había mujeres yazidíes, a las que se exige que abandonen a sus hijos como condición para retornar a sus comunidades, señala el informe.

La comunidad yazidí, asentada en el norte de la vecina Irak, es una minoría religiosa que fue víctima en 2014 de un genocidio perpetrado por el Estado Islámico, que convirtió a muchas de sus mujeres en esclavas sexuales, según documentó la ONU.

Sobre la situación en el campamento de Al Hol, Pinheiro dijo en una rueda de prensa que los niños que se encuentran allí corren el riesgo de quedarse sin nacionalidad o ser separados de sus padres.

De unos 3.500 niños en el campamento, incluidos aquellos fruto de una violación, la mayoría carece o ha perdido el certificado de nacimiento.

El documento también revela que los menores a partir de los 12 años son considerados terroristas, por lo cual se les ha separado de sus madres y de otros niños y se les ha transferido a prisiones controladas por el FSD donde conviven con hombres adultos.

«Se les considera automáticamente como terroristas, incluso cuando muchos han sido torturados. No porque uno es pariente de un terrorista debe cargar con ese peso toda la vida», lamentó Pinheiro.

En el campamento de Al Hol malviven actualmente 70.000 personas, después de que unas 800 familias retornasen en junio a la provincia siria de Al Raqa y otros individuos, cuyo número no se precisa en el informe, «fueran transferidos a países donde pueden ser víctimas de torturas o de pena de muerte».

La comisión sobre Siria presentará formalmente este informe al Consejo de Derechos Humanos, que se reúne este mes en Ginebra, el próximo día 17.

EFE

 

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