Santiago de Chile.- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, aseguró este domingo que hay un «grupo muy minoritario» que busca «obstaculizar» y «boicotear» el histórico plebiscito sobre una nueva Constitución, considerada la votación más importante desde el retorno a la democracia en el país.
«¿Quiénes son? Los mismos que quemaron el metro, que quemaron las iglesias, que no creen en la democracia. Esos grupos van a intentar obstaculizar y boicotear, pero estoy absolutamente convencido de que no lo van a lograr», afirmó el mandatario.
«La inmensa mayoría de los chilenos quiere vivir en paz, quiere que nuestra democracia sea ejemplar», agregó, tras depositar su voto en el colegio San Francisco Los Dominicos, en el este de Santiago.
Cerca de 14,8 millones de chilenos decidirán en las urnas si quieren o no reemplazar la actual Carta Magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y qué órgano debería redactar el nuevo texto.
El presidente chileno no se ha pronunciado nunca sobre el sentido de su voto y se ha limitado a alentar la participación, que puede verse mermada por el miedo al contagio de covid-19 y por la alta abstención instalada en Chile desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012.
Preguntado este domingo por su postura, Piñera se limitó a decir la frase que ha repetido desde que se convocó el plebiscito el pasado noviembre: «La inmensa mayoría de los chilenos queremos cambiar, modificar y perfeccionar nuestra Constitución».
La oposición de izquierdas es partidaria del cambio, mientras que los cuatro partidos de derechas que integran la coalición gubernamental están divididos, siendo la ultraconservadora UDI la más defensora del «rechazo».
«Dentro del gabinete hay algunos que se inclinan por el ‘apruebo’ y otros por el ‘rechazo’ y yo respecto todas las posiciones (…) No es ni ha sido ni va a ser el gabinete del ‘rechazo’, es el gabinete de todos los chilenos», dijo Piñera.
El plebiscito, que tenía que haberse celebrado en abril pero fue pospuesto por la pandemia, fue consensuado por las fuerzas políticas como salida a la grave crisis social que estalló en octubre de 2019 contra la desigualdad y que dejó una treintena de muertos y miles de heridos.
Miles de personas se congregaron la semana pasada en Santiago para conmemorar el primer aniversario del llamado «estallido social», una masiva y festiva concentración que se vio ensombrecida por violentos incidentes, que dejaron más de un millar de detenidos, varios saqueos y dos iglesias históricas quemadas.
«Solamente con unidad y con paz vamos a poder lograr que millones de chilenos resuelvan sus problemas y cumplan sus sueños», concluyó el gobernante chileno, muy cuestionado por la gestión de la crisis social y quien pidió a los chilenos «respetar» el resultado que salga este domingo de las urnas.
EFE
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