Medellín.-La lectura de «Fly», un poema sobre la obsesión por lavarse las manos, fue la manera que eligió el escritor irlandés Paul Muldoon para inaugurar la edición 30 del Festival Internacional de Poesía de Medellín, que desde la virtualidad inició una reflexión sobre la pandemia de COVID-19.
El evento en esta ciudad del noroeste de Colombia hizo un viaje por ocho países en el que los participantes también reflexionaron sobre la lucha contra el miedo.
Muldoon, ganador del Premio Pulitzer, desgranó cinco escritos que conectaron con la actualidad al abordar temas cotidianos con «Ruina», que describe un paisaje marcado por el cambio, además de evocar con «La Sábana» a los autocinemas y cines al aire libre.
El recorrido partió desde Irlanda para cumplir con una emotiva lectura de poemas en estaciones como Estados Unidos, Azerbaiyán, Botsuana, Nigeria, Brasil y Polonia, para finalmente cerrar en China luego de realizar la instalación en Colombia con el director del festival, Fernando Rendón.
«Este evento no tiene parangón ni precedentes en el desarrollo de la poesía contemporánea», afirmó a Efe Rendón al hablar de la primera edición virtual en las tres décadas del festival.
Migrar hacia lo digital por el coronavirus robusteció la programación de esta celebración denominada «Escucha las voces en la proa del mundo», que contará con la participación de más de 200 poetas de 103 países en más de 130 actividades.
POEMAS QUE UNEN
Durante los 70 días del festival, que se extenderá hasta el 10 de octubre, poetas del mundo liderarán recitales desde sus casas para leer de una forma más íntima sus poemas, en un nuevo ejercicio que promete revolucionar.
«Será algo memorable para la historia de la cultura, en especial para la historia de la poesía», afirmó el director del evento.
El propósito para este año, según desveló Rendón, es unir «más profundamente» a los seres humanos en la coyuntura por el virus a través del mundo virtual, y estimular la participación de los poetas, de una manera «más profunda y fuerte», en la vida contemporánea.
Esa visión la compartió el poeta chino Jidi Majia, presidente de la Academia de Literatura Lu Xun, al señalar en su intervención que la poesía debe asumir «la noble misión de guiar el alma humana», al considerar como su responsabilidad defender la libertad, la igualdad y la justicia.
«Necesitamos usar la poesía para romper barreras y el aislamiento», sostuvo el escritor nacido en Sichuan.
LA PANDEMIA, UNA GUERRA
Con la lectura de su poema «Planeta Desgarrado» hizo una clara alusión a la COVID-19 y manifestó en sus versos que el futuro del planeta «no solo nos pertenece a ti o a mí, pertenece a todas las vidas».
Asimismo, Jidi Majia llamó al virus un «enemigo común de la adversidad». Y sobre la transformación que causó en el mundo, consideró que «en algún sentido, el impacto de este cambio no es menor que el de las dos guerras mundiales del siglo pasado».
La poesía del azerbaiyano Ramiz Roshvan sirvió para reforzar esa apreciación expresada desde China, con la lectura de «Polvo» y «La Lluvia Lava, El Sol Seca», junto a sus reflexiones sobre asuntos bélicos.
Incluso, el poeta manifestó que ve a la pandemia «como una tercera guerra mundial».
También lamentó que su país registrara una «guerra civil local» hace un par de semanas por enfrentamientos en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán.
«Eso nos comprueba que ni siquiera una tragedia como la pandemia puede cambiar la esencia del ser humano», sentenció Roshvan.
DIÁLOGO REFRESCANTE
En la lectura inaugural también destacó la participación del laureado poeta serbioestadounidense Charles Simic, quien valoró que la virtualidad le permitiera participar en un festival al que «había sido invitado desde hace varios años».
El ganador de un premio Pulitzer por The World Doesn’t End («El mundo no termina») escogió algunos poemas incluidos en su libro «Desarmando el silencio»; habló del mundo que imaginó a través de sus dedos con «Bestiario para los dedos de mi mano derecha» y contó una anécdota de infancia a través de «Prodigio».
Con una par de paradas en África con la poeta y activista de paz nigeriana Ayo Ayoola-Amale y la artista botsuanés Tjawangwa Dema continuó el encuentro, en el que también participaron con sus poemas el brasileño Claudio Willer, el colombiano Rómulo Bustos y el polaco Adam Zagajewski.
La particular edición 30 del festival, que para los organizadores no solo se realiza en Medellín sino en 103 países por la virtualidad, incluye en su programación lecturas individuales y colectivas de poemas, conversatorios, conciertos, paneles, cursos y talleres para niños de América Latina como parte del Proyecto Gulliver.
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