Miami.- María Elvira Domínguez, presidenta saliente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), dice que lo más agrio del cargo ha sido constatar las muchas «dificultades» que existen para ejercer el periodismo libre y defiende que, ante la crisis de los medios de comunicación, solo cabe apostar por la calidad.

Al hablar este viernes en la apertura de la Asamblea General que elegirá a su sucesor, Domínguez definió como «agridulce» su experiencia como presidenta de la SIP, un cargo que en los 75 años de la entidad solo han ejercido cuatro mujeres, contando con ella.

En una entrevista con Efe, la directora del diario «El País», de Cali (Colombia), un medio con 69 años de historia, dijo que uno de los «dulces» de su mandato ha sido que, gracias a los esfuerzos realizados por la SIP durante años, en 2019 el Estado colombiano reconocó su responsabilidad en los asesinatos de los periodistas Nelson Carvajal (1998) y Gerardo Bedoya (1997).

Es «maravilloso» que se haya logrado el reconocimiento y una suerte de petición de «perdón» a las familias, incluso aunque no sea «una justicia plena», pues ambos crímenes no se han esclarecido ni, por tanto, se ha castigado a los autores, aseveró.

Como la investigación continua y el caso del asesinato de Bedoya no prescribe, pues fue declarado crimen de lesa humanidad, hay motivos para mantener «la fe» en que algún día acabará la impunidad.

Según las cifras que Domínguez brindó a la Asamblea General de la SIP, que reúne en Miami hasta el 7 de octubre a más de 300 editores, periodistas, escritores y académicos de todo el continente, en lo que va de año han sido asesinados 18 comunicadores en América.

En los últimos 30 años han sido asesinados en promedio 18 periodistas cada año en el continente.

El «sueño» que Domínguez no ha podido cumplir antes de entregar la presidencia de la entidad con sede en Miami fue visitar Venezuela al frente de una misión de la Comisión de Libertad de Prensa.

«No había garantías para la presencia de la SIP» en ese país, subrayó Domínguez, quien cuando asumió el cargo en Salta (Argentina) hace un año aseveró que su trabajo se iba a centrar en luchar para restablecer las «libertades cercenadas en Venezuela y Nicaragua».

La presidenta indicó que por supuesto los «aguerridos» periodistas y medios que siguen siendo independientes del Gobierno venezolano querían la visita de la misión, pero no pudo ser.

«La libertad de prensa está siendo aminorada y cercenada en este tipo de países, uno no se da cuenta hasta que va al país, hasta que habla con todos los actores y entiende lo que está pasando», asegura Domínguez, que este viernes, durante la inauguración de la Asamblea General, pidió una ovación para el periodista nicaragüense Miguel Mora, del canal «100 % Noticias».

Mora, según contó a Efe en un aparte de la reunión, estuvo 172 días en la cárcel, donde fue torturado, y su medio fue tomado por fuerzas policiales, que aun siguen en la sede, pero él sigue informando por medio de la web con periodistas en Costa Rica y Miami, porque «no podemos dejar solo al pueblo» frente a la «dictadura» de Daniel Ortega.

El periodista nicaragüense hablará este sábado en las sesiones de lectura de los informes sobre la situación de la libertad de prensa en cada uno de los países americanos.

También lo hará Miguel H. Otero, director del diario «El Nacional» de Caracas, que ya solo se publica en formato digital.

Aunque según dijo a Efe, la situación en Venezuela «se repite y se repite», en 2019 hay novedades, como los ataques a los periodistas extranjeros que llegan al país a hacer coberturas y ahora se enfrentan al riesgo no solo de ser encarcelados, sino de que les roben los equipos, como le ocurrió al mexicano Jorge Ramos, de Univision, cuando fue a entrevistar al presidente Nicolás Maduro.

La presidenta de la SIP indicó que «en muchos países son cosas sutiles y en otro son cosas mucho más graves, pero de todas maneras cualquier sutilidad puede desencadenar en una gravedad».

Los ataques a la libertad de prensa pueden venir no solo de Gobiernos autoritarios, también de «grupos ilegales y al margen de la ley» y de «polarizaciones políticas», advierte Domínguez.

En esta Asamblea General se va a presentar el Índice de Chapultepec, una iniciativa de la SIP y la Universidad Andrés Bello de Venezuela, que va a medir anualmente en cada país si hay restricciones legales o jurídicas a la libertad de prensa.

Domínguez explicó que se trata de alertar sobre leyes y proyectos de ley que «muy sutilmente» o no puedan obstruir o recortar el derecho a la libertad de prensa.

Cuando se le pide que exprese si su opinión sobre la importancia de la SIP ha variado en este año en que ha estado a su frente, la periodista colombiana dice que «más que nunca» está convencida de que la entidad formada por unos 1.300 medios tradicionales, digitales y audiovisuales es «relevante y vale la pena».

«La SIP es muy respetada y temida, hace en los sitios donde llega, indaga, moviliza y, sobre todo, informa y sensibiliza a todo el continente», asevera.

 

EFE

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