Bruselas.- La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, afirmó hoy que no ve riesgos inminentes de que las hostilidades de la guerra en Ucrania se extiendan a su país, pero aseguró que la nación tiene planes de contingencia para escenarios «pesimistas».

«No vemos ninguna amenaza inminente para el futuro más cercano, pero por supuesto tenemos planes de contingencia para tales escenarios, que son menos optimistas o pesimistas», señaló la política proeuropea y liberal en una rueda de prensa junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en Chisinau.

«Quisiera subrayar que no vemos ningún riesgo inminente en este momento», agregó, tras afirmar que por supuesto los incidentes ocurridos hace varios días en la región separatista prorrusa de Transnistria «son preocupantes».

La semana pasada en Transnistria ocurrieron una serie de tiroteos y explosiones en edificios e infraestructuras que los separatistas prorrusos tratan como ataques terroristas y atribuyen a Ucrania, mientras que Kiev asegura que se trata de una operación de «falsa bandera» de Rusia para culparle de los ataques.

«Nuestra evaluación ha mostrado que esos incidentes han sido causados por fuerzas pro-guerra dentro de la región. Al mismo tiempo hemos escuchado amenazas de generales rusos sobre sus intenciones de llegar a Transnistria y por supuesto estas declaraciones son irresponsables y preocupantes», afirmó Sandu.

La presidenta de Moldavia se refirió al jefe en funciones de la Circunscripción Militar Centro, general mayor Rustam Minnekéyev, quien afirmó el 22 de abril que Rusia quiere controlar el sur de Ucrania, además del este, no solo para establecer un corredor terrestre desde el Donbás a Crimea, sino también para crear un punto de acceso a Transnistria.

«Intentamos desalentar tales incidentes y ciertamente nuestras Fuerzas de Seguridad hacen su trabajo en el margen derecho (del río Dniéster), porque no pueden ir al lado izquierdo. Pero hacemos todo lo posible para desalentar estos incidentes y las intenciones de desestabilizar la situación en la República de Moldavia», enfatizó.

Transnistria, territorio de apenas medio millón de habitantes, en su mayoría eslavos, rompió lazos con Moldavia tras un conflicto armado (1992-1993) en el que contó con ayuda rusa.

Rusia emplazó 2.400 efectivos para garantizar la paz en la zona, pero fue reduciendo este contingente a lo largo de los años hasta unos 1.500.

Michel afirmó que Moldavia se ha visto particularmente impactada por la guerra en su vecindario, más recientemente por «incidentes de seguridad y de sabotaje provocativos».

También destacó el «enorme número de refugiados» que Moldavia ha acogido, donde aún quedan casi 100.000 personas que huyeron de Ucrania, el número per cápita más elevado de todas las naciones que acogen a ucranianos.

«Nuestro deber es ayudar y apoyar a este país y aumentar nuestro respaldo a la estabilidad, la seguridad, la integridad territorial y la soberanía», recalcó el político belga.

«Agradecemos la asistencia de la UE para manejar el flujo migratorio. La guerra en Ucrania tiene importantes consecuencias económicas, sociales y humanitarias para Moldavia», señaló Sandu, quien recordó que el país solicitó el 3 de marzo su adhesión a la Unión y expresó su esperanza a una respuesta «positiva».

También sostuvo que eliminar los aranceles para productos moldavos y expandir la lista de bienes permitidos en el mercado comunitario «sería una gran ayuda», al igual que la concesión de permisos a los transportistas que ya no pueden utilizar la ruta del este.

 

EFE

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