Los «ataques» y la «persecución» que la oposición mayoritaria de Venezuela denuncia en su contra, por parte del Gobierno, arrecian tras dos semanas de campaña electoral y a diez días de las presidenciales del 28 de julio, cuando una decena de candidatos competirán por el próximo sexenio en el poder, ocupado por el chavismo desde 1999.
La jornada de este jueves comenzó con la alerta, a través de un vídeo publicado en redes sociales, de la líder de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), María Corina Machado, sobre el corte de «las mangueras de los frenos» de uno de los dos vehículos con los que ella y su equipo recorren el país, a favor de la candidatura de Edmundo González Urrutia.
En el vídeo, Machado denuncia también que a la otra camioneta le «vaciaron todo el aceite del motor», a la vez que muestra la carrocería de ambos vehículos, vandalizada con pintura blanca.
La exdiputada calificó este hecho como un «atentado» y responsabilizó al presidente Nicolás Maduro de cualquier daño a su integridad física y a la de sus colaboradores.
Esto, señaló, «está pasando» 24 horas después de que «secuestraron» su jefe de seguridad, Milciades Ávila, por parte de «funcionarios del régimen», quienes, según explicó el miércoles, «ingresaron a la fuerza a la vivienda donde se encontraba, violando todo procedimiento legal».
Hasta el miércoles, según la PUD, funcionarios de seguridad detuvieron a 72 personas desde que comenzó la campaña, el 4 de julio, de las cuales 24 siguen presas.
Actos de «cobardía»
González Urrutia dijo que el «amedrentamiento» contra Machado y las detenciones son actos de «cobardía intolerables que atentan contra el desarrollo del proceso», por lo que instó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a actuar «frente a estos hechos».
«Es crucial garantizar un desarrollo pacífico», sostuvo el exembajador, quien cuenta con una intención de voto del 59,1 %, frente al 24,6 % de Maduro, según estudio de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB) y la encuestadora Delphos.
La PUD exigió a la Fiscalía una investigación «exhaustiva» de «este suceso tan grave», en referencia al «atentado», un «hecho criminal» que «amerita no solo el repudio» del país, también «la exigencia nacional e internacional» al cese del «miedo y la represión como herramienta electoral» por parte del oficialismo.
Por su parte, el candidato Enrique Márquez expresó, en X, su rechazo a «la violencia de la cual ha sido víctima» Machado, «su entorno y los distintos factores que están en el ejercicio democrático de la política».
Solidaridad vs. «fuerza bruta»
En las últimas horas, dijo Machado, se ha incrementado «la represión», con un «ataque sistemático» expresado —señaló— a través de detenciones y «amenazas» a su equipo.
Las acciones contra los vehículos representan, aseguró, una «línea roja que, hasta ahora, no habían cruzado», por lo que, a su juicio, el oficialismo apela a «lo único que le queda»: la «fuerza bruta», al ver —explicó— que el apoyo a González Urrutia «crece» y que su triunfo es «inevitable».
Sin embargo, aseveró que el país se ha levantado «frente a un sistema tiránico que tiene toda la plata y las armas», ya que, tras estos ataques, ha recibido ofrecimientos por parte de ciudadanos relacionados con vehículos, alojamiento, acompañamiento en los viajes y protección.
«Alegría» en la campaña oficialista
Entre bailes y canciones, Maduro cerró la segunda semana de campaña con actos en Caracas, donde expresó que el país «merece la paz» y ser «libre», a la vez que volvió a acusar a la PUD de tener planes para que «pase algo grave» y se «suspendan las elecciones».
«Aquí no hay amargados, aquí no hay amargadas, aquí todo es canción, alegría, porque somos mayoría», expresó el mandatario, quien advirtió que la nación «decide el (día) 28» si cae «en el vacío de una guerra civil» o se mantiene «en el camino de la paz».
Indicó, además, que ha visitado «más de 250 pueblos, barrios y ciudades, uno por uno», en su recorrido «de punta a punta, de norte a sur, de este a oeste».
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