El presidente de Rusia, Vladímir Putin, resaltó hoy la importancia de que se reconozca el genocidio de la población soviética durante la invasión nazi, en una reunión con ocasión del 80 aniversario de la ruptura del cerco de Leningrado (actual San Petersburgo), que se cobró más de un millón de muertos.
«El reconocimiento del genocidio cometido contra la población civil de la Unión Soviética es extraordinariamente importante», dijo el jefe del Kremlin en San Petersburgo ante veteranos de guerra y representantes de organizaciones patrióticas, citado por la agencia oficial TASS.
Recordó que el Tribunal Militar Internacional de Núremberg, que enjuició a los criminales de guerra nazis, abordó este asunto «en general», pero entonces «no fue posible incluso presentar ni examinar pruebas de ese genocidio».
«Recientemente en la ONU se presentó a votación un documento que condenaba la heroización del nazismo, y cincuenta países votaron en contra. ¿Quién puede oponerse a reconocer como criminal la heroización del nazismo?», preguntó el presidente ruso, que añadió: «Esto no es simplemente amnesia».
Según Putin, con ello se busca trasladar la presión política a Rusia.
«¿Para qué? Para a partir de la actual coyuntura política mantener un frente común de presión contra nuestro país. En este sentido, lamentablemente poco es lo que cambia. Y esto significa que debemos defender de manera consecuente la verdad histórica», recalcó el mandatario.
Recordó que en el sitio de Leningrado «participaron y cometieron crímenes militares muchos países europeos».
«Nunca antes hablamos de ellos debido a cierta tolerancia y para no estropear el clima de las relaciones con muchos países», añadió.
Putin indicó que ese mismo panorama se dio en otros frentes y que «basta ver lo de la ‘División Azul’ (española) en Stalingrado».
«Y aquí, en el frente de Leningrado, durante el bloqueo hubo participantes de todos los países, de muchos, en todo caso», agregó.
El jefe del Kremlin inició los actos conmemorativos de la ruptura del bloqueo de Leningrado a primera hora de la mañana con una ofrenda floral en el monumento a los caídos en la llamada «plaza del Neva», a orillas del río homónimo, donde luchó su padre
Kremlin colocó un ramo de flores rojas con una cinta negra de luto, permaneció en silencio, se inclinó ante el monumento, tras lo cual se dirigió a su limusina para continuar viaje a San Petersburgo (antigua Leningrado) donde asistirá a otros actos conmemorativos.
Como el propio Putin ha contado en numerosas ocasiones, su padre, también de nombre Vladímir, combatió en la «plaza del Neva», donde fue gravemente herido y salvado por un compañero.
La madre permaneció en Leningrado durante todo el cerco de la ciudad, que duró del 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944, en el que murieron más de un millón de personas, entre ellas el hermano mayor de Putin, Víktor, que falleció de difteria diez años antes de que naciera el presidente ruso.
Unas 20.000 personas cayeron en la defensa de la ciudad y otras 10.000 murieron bajo las bombas, pero fueron el hambre y el invierno, con temperaturas de 40 grados bajo cero, los que más estragos hicieron entre los habitantes.
Aunque el levantamiento total del bloqueo se produjo el 27 de enero, las tropas soviéticas se unieron por tierra once días antes y por ello la ruptura del cerco se recuerda el día 18 de enero.
Putin depositó también una ofrenda floral a los pies del monumento Madre Patria y las fosas comunes del cementerio memorial de Piskariov, y visitó el Museo de la Defensa y del Bloqueo de Leningrado.
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