El eco de la inconfundible voz de Nino Bravo crece sin freno 50 años después de su muerte, con un sinfín de homenajes hacia una figura de la cultura popular que ha marcado la banda sonora de varias generaciones en España y Latinoamérica y cuyo legado musical sigue imparable en plataformas virtuales y redes sociales.
Este domingo se cumple medio siglo del accidente de tráfico que convirtió en mito con solo 28 años a este cantante español que a comienzos de la década de 1971 triunfó también en América Latina, con actuaciones de éxito en televisión, en festivales como el de Viña del Mar en Chile y una gira por países como Argentina, Colombia, Perú, Venezuela, México, Puerto Rico y Estados Unidos.
Luis Manuel Ferri Llopis, su nombre real, nació en 1944 en la región española de la Comunidad Valenciana, que ha declarado Año Nino Bravo por este aniversario.
Ya como Nino Bravo, nombre artístico elegido por su entonces representante, aunque sobre este asunto no hay un criterio unánime, editó cuatro discos entre 1970 y 1972: «Te quiero, te quiero», «Nino Bravo», «Un beso y una flor» y «Mi tierra».
Y supo aprovechar su magnetismo en directo con actuaciones televisivas de gran audiencia y participaciones en festivales por España, el resto de Europa y Latinoamérica.
En esos apenas tres años se convirtió en un ídolo de masas y no solo en la «América, América» de su célebre canción, pues sus canciones fueron editadas en países como Angola y Turquía y aún hoy sigue siendo una de las voces en español más influyentes, reproducidas e imitadas del mundo dentro del género melódico y latino.
SU HERENCIA
En 1973, Nino Bravo preparaba su quinto álbum de estudio, pero en la madrugada del 16 de abril su BMW se salió de la carretera y el cantante sufrió unas heridas tan graves que le causaron pocas horas después la muerte en Madrid, adonde fue trasladado en ambulancia.
A su entierro en la ciudad española de Valencia acudieron más de 10.000 personas, según sus biógrafos, y su muerte causó una gran conmoción en la cultura y la sociedad del universo latinoamericano, que desembocó en festivales y homenajes póstumos.
Y la publicación de su último elepé de estudio, como inicio de una inacabable riada de recopilatorios, discos de tributo, de versiones y hasta de remezclas para oyentes del siglo XXI.
Además de los millones de discos que ha vendido, la carrera musical de Nino Bravo ha encontrado otro aliado en internet, no solo por la posibilidad de escuchar en todo momento sus grandes éxitos, de recordar sus actuaciones en vivo o entrevistas durante sus tres años de gloria, sino por el uso imparable de sus himnos en redes sociales como Instagram o TikTok.
En Spotify acumula ya 1,3 millones de oyentes mensuales y 737.000 seguidores y su tema estrella es, con gran diferencia, «Un beso y una flor», con 72 millones de reproducciones; le siguen «Libre» (26 millones), «Noelia» (19), «Te quiero, te quiero» (17) y «Cartas amarillas» (7).
En cuanto a los vídeos, el de «Un beso y una flor» vuelve a dominarlos a todos en YouTube, con 100 millones de reproducciones.
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