Rusia atacó hoy el puerto ucraniano de Odesa y advirtió del riesgo de seguridad que supone exportar el grano ucraniano por el mar Negro sin el beneplácito de Moscú, como ha propuesto el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
El ataque ruso a Odesa «es una prueba más de que el país-terrorista (Rusia) quiere amenazar la vida de 400 millones de personas en otros países que dependen de las exportaciones de alimentos de Ucrania», escribió en Telegram el jefe de Gabinete de la Presidencia ucraniana, Andrí Yermak.
Rusia sin embargo aseguró que el bombardeo nocturno no tenía como objetivo bloquear el puerto de Odesa por el que Ucrania sacaba su grano, sino castigar un astillero en el que se fabricaban los drones acuáticos que atacaron el puente de Crimea el lunes.
UCRANIA DENUNCIA QUE RUSIA ESGRIME LA AMENAZA DEL HAMBRE
No en vano, Yermak insistió en que «el objetivo de Rusia es el hambre y el asesinato de personas. Ellos necesitan oleadas de refugiados. Con ello quieren debilitar a Occidente».
Tras suspender Rusia la Iniciativa del Mar Negro, Moscú también canceló todas las garantías de navegación marítima y restauró las restricciones al corredor humanitario.
Asimismo, reimplantó el régimen de zona temporalmente peligrosa en las aguas del noroeste del mar Negro y suspendió su participación en el centro conjunto en Estambul que coordinaba la exportación de grano ucraniano.
EL MAR NEGRO, ZONA DE GUERRA
Con ello vuelve el riesgo de bombardeos y minas al mar Negro y dificulta de sobremanera la propuesta de Zelenski de activar un acuerdo similar con ayuda de la ONU y Turquía para continuar las exportaciones.
Las compañías aseguradoras de hecho ya revisan las pólizas de los barcos dispuestos a operar en Ucrania, según confirmaron hoy a EFE fuentes del sector en Londres.
Algunos observadores sostienen que aquellas aseguradoras que aún podrían ofrecer pólizas, lo harían con un incremento considerable de su precio, si bien este tipo de cobertura de alto riesgo podría cancelarse totalmente si Moscú adopta ciertas medidas militares, como la colocación de minas en la zona.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió hoy precisamente de que la continuación de las exportaciones del grano ucraniano por el mar Negro sin la anuencia de Rusia implica riesgos de seguridad.
«Es un tema que debe ser comentado por nuestros militares porque se trata de una zona próxima a la de combates y sin las debidas garantías allí surgen determinados riesgos», explicó.
Moscú no puede decir «qué países y en qué medida estarían dispuestos a asumir» esos riesgos, dijo.
A su vez, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, abordó hoy con su homólogo turco, Hakan Fidan, posibles alternativas para la exportación de su propio grano a los países más necesitados tras salirse del pacto.
Lavrov destacó que la Iniciativa del Mar Negro fue suspendida por parte de Rusia, entre otras cosas, por la imposibilidad de exportar sus cereales y fertilizantes, el bloqueo de sus pagos bancarios y la congelación de sus activos en el extranjero.
SIN CAMBIOS EN EL FRENTE
En los frentes de batalla, en tanto, la situación no ha sufrido cambios significativos.
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, las tropas de Moscú avanzaron en un día 1,5 kilómetros en dirección de Kupiansk, un importante nudo logístico y de comunicaciones en la región oriental de Járkov y muy cerca de la frontera administrativa con la región Lugansk.
La situación en el este del país «es difícil pero está bajo control», admitió el comandante del Ejército de Tierra ucraniano, Oleksandr Sirski.
Según el portavoz de agrupación Este de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serguí Cherevati, el enemigo ha concentrado más de 100.000 efectivos, unos 900 tanques, 555 sistemas de artillería y 370 lanzacohetes en dirección a Kupiansk.
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