Un equipo de buscadores de oro en la Amazonía brasileña hizo un descubrimiento inesperado durante su expedición en la región de Porto Velho, en la frontera entre Brasil y Bolivia, se encontraron con restos óseos fosilizados de una tortuga gigante de hace 40.000 años.
Gracias al equipo del Centro Senckenberg de Evolución Humana y Paleoambiente de la Universidad de Tubinga, en Alemania, se determinó que dichas piezas pertenecían a la mandíbula de una tortuga del Pleistoceno tardío.
En un artículo reciente de la revista ‘Biology Letters’, Ferreira y su equipo destacan que los fósiles son de una nueva especie de tortuga gigante que habitó hace aproximadamente entre 40.000 y 9.000 años.
Nueva especie encontrada
La especie ha sido designada como ‘Peltocephalus maturin’, en homenaje al personaje responsable de la creación del universo en las obras literarias y cinematográficas del renombrado escritor de Estados Unidos Stephen King.
Sin embargo, la tortuga recién descubierta presentaba algunas particularidades adicionales que captaron la atención de los especialistas. De acuerdo con el informe llevado a cabo por los expertos, esta especie poseía un caparazón de hasta 180 centímetros de longitud.
«Esto es muy sorprendente porque las tortugas de agua dulce —a diferencia de sus parientes terrestres y marinas— rara vez presentan formas tan gigantescas y los fósiles gigantes más jóvenes conocidos hasta la fecha proceden de yacimientos del Mioceno», explicó Ferreira.
Asimismo, los especialistas señalan en el artículo que el descubrimiento de la ‘Peltocephalus maturin’ representa la aparición más reciente registrada de tortugas gigantes de agua dulce.
Este hallazgo sugiere que estas tortugas podrían haber convivido con los primeros habitantes de la zona, cuya presencia se estima en torno a 12.600 años.
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