Caracas.- Hace 20 años, un golpe de Estado derrocó al presidente de Venezuela Hugo Chávez. La jornada de la noche del 11 abril de 2002, repitió el estilo de otras toma violentas del poder, cuando un grupo de civiles y militares se puso de acuerdo para derrocar un presidente electo democráticamente, se produjo una ruptura institucional, se cerró el Parlamento y asumió el poder alguien no electo en forma popular.
Sucedió así exactamente, lo vieron todos y lo reseñan los diarios de la época, así como los libros con diferentes enfoques. Sin embargo, la acción tuvo un final diferente a todos los otros golpes cívico-militares conocidos, al Chávez volver al Palacio presidencial de Miraflores poder, en la madrugada del 14 de abril.
La movilización terminó en violencia por la presencia de francotiradores que dispararon a la multitud desde Puente Yaguno. Las cifras oficiales indican un saldo 19 muertos y unos 69 heridos.
El barinés solicitaba la transmisión sólo de su alocución en cadena porque “la señal radioeléctrica es una señal que le pertenece al Estado. El dueño de esa señal es el Estado venezolano”, y aspiraba evitar que incitasen “irracionalmente” a la oposición a lanzarse contra el Palacio de Miraflores.
De ahí resultó que Radio Caracas Televisión, Venevisión, CMT y Televen fueron sacados del aire forzosamente. Por su parte, Globovisión, para entonces dirigida por Alberto Federico Ravell, permanecía en sintonía, con la pantalla dividida en dos. Del lado izquierdo continuaba el Presidente, mientras del lado derecho se hacía una reposición de lo ocurrido en el centro de Caracas.
Aunque hay videos, fotos y señalamientos de los testigos de Puente Yaguno, aún se discute sobre el protagonismo del tiroteo de esa tarde.
Ya en horas de la noche el comandante general de las Fuerzas Armadas, Efraín Vázquez Velasco, junto con otros 11 generales y almirantes consideraron que la cantidad de fallecidos en el final abrupto de la marcha, justificaba unos cambios políticos: “La Constitución nos obliga a evitar más derramamiento de sangre y esa obligación pasa por la salida pacífica del presidente y la sustitución de alto mando”. El general insistió en afirmar que “no era un golpe de Estado”.
La madrugada del día siguiente, 12 de abril, el presidente Chávez es retenido en el Fuerte Tiuna, la principal instalación militar de Caracas, y el Estado Mayor anuncia de boca del general Lucas Rincón, también en cadena nacional que Chávez ha dimitido, mencionando que hay un “vacío de poder”.
Otras fuentes afirman que Hugo Chávez se entregó como prisionero para evitar más muertes.
«Los miembros del Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó. Los integrantes del Alto Mando ponen sus cargos a la orden los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados por las nuevas autoridades», dijo general Lucas Rincón Romero.
Militares y civiles trasladaron a Hugo Chávez, de Miraflores al Fuerte Tiuna y luego a la isla venezolana de La Orchila, donde se mantuvo hasta su regreso el 13 de abril.
El 12 de abril, los medios de comunicación nacionales festejaron la caída del Gobierno y el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Pedro Carmona Estanga, era presentado en televisión como presidente.
En la tarde de ese día firmaron la llamada “Acta de Constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional” para designar a Pedro Carmona como nuevo presidente de Venezuela. De seguidas, en el acto celebrado en Miraflores, Carmona disolvió la Asamblea Nacional y derogó la Constitución aprobada por el voto popular. El 13 de abril el golpe había triunfado y así lo registraban los titulares de los periódicos.
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