Habitantes de dicha comunidad se entregaron, “ya dejamos de pedir soluciones a la gobernación, alcaldía y gobierno nacional. Se hacen los desentendidos, solo promesas que no llegan a concretarte”, apuntó Luisa Aguilar, residente de la invasión Sueño de Bolívar.
Siguió diciendo que «promesas vienen y promesas van, pero nadie da respuestas a los botes de aguas negras, apagones eléctricos, carencia de agua por tuberías, aseo urbano, asfaltado para las calles, seguridad, alumbrado en los postes, entre otras situaciones que padecemos en los barrios».
Las invasiones que se hacen vida en la última calle de este sector de la parroquia Unare, que se comunica con el Eje Atlántico, sus residentes padecen y sufren por falta de los servicios básicos; aunado a que las calles del Core 8, “todas están destruidas y convertidas en colectores de aguas putrefactas”, dijo Sonia Delgado.
A corta distancia del Colegio Fe y Alegría de la mencionada comunidad se encuentra Mercal, abandonado, rodeado de maleza y basura, en tanto que las vías de acceso todas llenas de huecos y aguas servidas.
Lugareños expresan que miembros de los consejos comunales, solo se preocupan por gestionar las bolsas del CLAP, “es lo único que funciona, pero a media”, apuntó un vecino.
Según, el gobernador del estado Bolívar, Ángel Marcano, el alcalde de Caroní, Tito Oviedo, entre otros funcionarios del Gobierno conocen de los problemas que enfrenta a diario la gente que vive en la zona.
Perjudicados aseguran que el colapso de la red de aguas negras, falta de agua por tuberías, apagones eléctricos, basura por todos lados, calles rotas, inseguridad, entre otras calamidades son de vieja data.
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