Bladimir Martínez Ladera
Fotos: Wilmer Barrero
El Callao.-Debido a la situación tensa que se vive actualmente en el municipio El Callo, ejecutivo regional tomó las medidas para reforzar la seguridad en esta localidad.
El gobernador Justo Noguera, estuvo en horas de la tarde del miércoles reunido con el alcalde Alberto Hurtado. La reunió ocurrió en la sede del ayuntamiento, llegó acompañado de un contingente de funcionarios policiales y militares.
La información no está confirmada, sin embargo, trascendió de manera extraoficial que la primera autoridad regional ordenó tomar medidas precisa y dar protección a Hurtado, también a residentes del referido municipio.
El día martes un equipo de Nueva Prensa digital, se trasladó hasta El Callao, para conocer de cerca sobre hechos violentos que grupos armados propician en la zona y que tienen en zozobra a los lugareños.
Circuló por las redes sociales un comunicado con amenazas de muerte contra el alcalde Alberto Hurtado, firmado por supuestos miembros del Sindicato del Mal, estos se hicieron responsables del contenido y operan en sector minero El Perú.
También días recientes lanzaron una granada que cayó en el patio de la alcaldía. La explosión causó daños a dos vehículos que se hallaban aparcados en este sitio, solo se reportaron daños materiales.
La disputa ocurre con paramilitares de Nacupay y El Perú, quienes obligan a mineros, a pequeños comerciantes pagar vacuna. Aquellas personas que deseen incursionar en la venta de cigarrillo al detal, tienen que pagar un impuesto a los criminales.
Debido a la situación de inseguridad y pánico, jefe del comando de la Guardia Nacional, decidió emitir un aviso en el cual advertía que no iba a permitir el cobro de vacuna, ni ningún tipo de fechoría y que estaba dispuesto a realizar los correctivos necesarios.
Exhortó a miembros de asociaciones de pequeños mineros, sector empresarial y comerciantes para que no se hicieran cómplices de estos sucesos.
Calles de la población son recorridas por funcionarios del orden público
Cabeza humana
Después que desconocidos lanzaron 1 granada en la alcaldía del municipio El Callao, estos mandaron otra advertencia al dejar en el interior de un saco una cabeza humana en la Plaza Bolívar del pueblo.
La aparición del cráneo, aún tiene en jaque a la población. La víctima no ha sido identificada y el cuerpo no aparece.
Este pasado sábado, fue militarizado el centro de El Callao, después que se corrió el rumor que grupos armados de Nacupay y El Peru, tomarían a las fuerzas este lugar, hubo una estampida de personas por las calles, comerciantes cerraron sus negocios aterrorizados.
Hurtado, tuvo que pedir ayuda a las fuerzas del orden público para brindar seguridad a la población.
Caterín García, labora en una panadería, ella dijo que viven en incertidumbre, tiene 32 años en El Callao, “estamos en una situación tensa con este gobierno. Todo se debe a peleas que existe entre bandas armadas por el bendito oro”.
Consideró como solución, mano dura contra grupos que causan terror en las comunidades.
Mototaxista declaró, sin embargo, antes pidió que no lo identificara por temor, “sindicatos de las minas son los principales responsables de todo este desastre en el municipio. Al alcalde no lo vemos, desde que se instaló como primera autoridad la situación en vez de mejorar empeoró”.
Kelly Parejo, “una de las desgracias de este pueblo son los paramilitares. Desde hace mucho tiempo obligan a pequeños mineros y comerciantes a pagar vacuna. De la bicoca comen muchas personas del Gobierno y altos oficiales”.
Mineros tienen que ingeniársela para escapar de la vacuna de los sindicatos
Buhoneros
Hombres vestidos de militares pantalón y camisa camufladas se confunden entre la multitud. No se sabe, si son militares o paramilitares, ellos llevan pasamontañas y fusil al hombro.
Uniformados de la Policía del estado, igual policías nacionales y efectivos de la Guardia Nacional, hacen recorridos constantes.
Compradores de oro, ya no se ven en el pueblo, sin embargo, vendedores de todo tipo de alimentos se adueñaron de algunas calles de esta ciudad.
El precio de los alimentos varían, todos se adquieren en efectivo, cero pagar con plástico.
Para Ángela Palomo no es fácil, dice que no trabaja en las minas, “vendedores de comida piensan que todo el mundo carga una grama de oro en el bolsillo, o una faja de real en efectivo. Un kilo de harina cuesta 11 mil bolívares en billetes, uno encima del otro y más vale un kilo de arroz, también de espaguetis”.
La mujer se gana un salario mínimo en una tienda, apuntan que las minas acabaron con El Callao, “todo el mundo viene a buscar una pepita de oro, suponen que la van a conseguir en todos lados”.
Tomado el pueblo por militares, mientras tanto, residentes se desplazan un poco atemorizados
Pueblo vaquero
Vehículos cargados con mineral aurífero son escoltados por uniformados. Hombres con armas de guerra, guían los carros hasta Minerven y otros molinos para ser procesado.
La Vanguardia, Complejo Sifontes, entre otras áreas de explotación del preciado mineral, son manejadas por funcionarios del Gobierno y custodiadas por hombres de la Digcim.
Gustavo Castro, nació en El Callao, tiene actualmente 70 años, “jamás pensé que retrocederíamos varios años. Esto se convirtió en un Pueblo Vaquero, solo que no vemos los caballos, pero si observamos a los vaquero en motos”.
Igual, afirmó que los artesanos de la minería eran respectados y tomados en cuenta, ahora con “el mal llamado Arco Minero, se legalizó la criminalidad en el municipio”.
El pueblo demanda al Gobierno nacional, regional y municipal, paz en el municipio. Exigen que las bandas sean perseguidas y que miembros de estos grupos sean puestos detrás de las rejas.
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