Bruselas.-El nuevo vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, afirmó este jueves que, pese al elevado coste de las inversiones que deberán realizarse para luchar contra el cambio climático, no emprenderlas «también costaría una fortuna».

En un discurso ante el Comité Europeo de las Regiones, que celebra su pleno en Bruselas, Timmermans afirmó que serán necesarias inversiones de «cientos de miles de millones de euros anuales» para afrontar la emergencia climática.

«Hay que entender que no actuar también nos va a costar una fortuna. No podemos permitirnos quedarnos a la zaga», dijo Timmermans, quien afirmó que una mejor organización entre los niveles distintos de gobierno permitirá «perfilar el proceso para que proteja nuestros valores y nuestra ciudadanía».

La nueva Comisión Europea tiene previsto presentar el 11 de diciembre una primera comunicación para el futuro Pacto Verde Europeo, que se espera ponga sobre la mesa cifras sobre los niveles de inversiones y dotación financiera que el Ejecutivo comunitario quiere destinar a esta emergencia.

Ante la transformación social a la que obliga la crisis climática «todos los niveles de gobierno van a tener que intervenir», recalcó el político holandés, que estrenó su nueva vicepresidencia de la Comisión este domingo.

«Los gobiernos nacionales no lo van a poder hacer solos. No vamos a poder lograr nada, insisto, nada, si no tomamos medidas concretas a nivel regional», añadió.

Timmermans se refirió a varias competencias que corresponden a las autoridades regionales y locales y donde se puede progresar para hacer frente mejor a la transición climática.

Ante los líderes de las regiones y ciudades de la UE, apostó por una red de transporte pública exenta de emisiones, una gestión de residuos más eficiente, la protección de la biodiversidad o el aislamiento de los edificios, así como un plan de reforestación y un «reverdecimiento» de las ciudades europeas en ámbitos como la calidad del aire.

«Estamos a la zaga, no estamos haciendo lo que nos hemos comprometido a hacer. Pero lo bueno es que todavía se puede hacer», afirmó Timmermans, quien señaló que los resultados de las inversiones necesarias colocarán a la UE como el primer continente en abordar la cuestión climática «pero también en la nueva economía, líder en crecimiento económico y nuevos puestos de trabajo».

El holandés se mostró convencido de que las barreras a esta transformación «no son tecnológicas o financieras». «El problema es organizarnos, la gobernanza es el verdadero reto».

El vicepresidente del Ejecutivo comunitario afirmó que la crisis climática le ha enseñado que «si queremos que todo quede como estaba tenemos que cambiarlo todo» y señaló que el primer objetivo será que todos los Estados miembros se comprometan a convertir a la UE en el primer continente climáticamente neutro para 2050.

Aún vetan la iniciativa Polonia, Hungría y República Checa, países que todavía dependen en gran medida de los combustibles fósiles y temen el perjuicio que sufrirían de endurecerse los límites, aunque se volverá a hacer un intento en la cumbre europea de la próxima semana.

«Es clave no dejar a nadie atrás. El riesgo aquí, como en cualquier revolución o cambio de paradigma, es que haya un pequeño grupo de personas que salen ganando y otro que sale perdiendo», señaló Timmermans.

Así, instó a fomentar planes con pequeñas y medianas empresas que permitan, por ejemplo, que el proceso de aislamiento de las viviendas no sea un coste inasumible para las familias europeas.

«Necesitamos dar a las pymes medios económicos para prefinanciar las renovaciones (para mejorar la eficiencia energética de los edificios) y que los ciudadanos puedan pagar esa reforma con lo que ahorren en su factura», propuso.

Timmermans agradeció al Comité Europeo de las Regiones la cooperación con la Comisión en áreas como los diálogos ciudadanos y el fomento del concepto de la subsidiariedad, que dicta que las acciones solo deben llevarse a cabo a nivel europeo si es más efectivo que hacerlo a nivel nacional o regional, uno de los pilares de la UE reconocido por el Tratado de Maastricht.

En el debate posterior con los miembros intervino una joven de 19 años, Martina Grech, concejal en una localidad en Malta, que se dirigió a la Comisión en nombre de una treintena de alcaldes y concejales jóvenes de toda Europa para recordar que los jóvenes «han demostrado estar listos para actuar y liderar con su ejemplo».

«Si yo con 19 años puedo actuar y hablar aquí hoy para que se oiga nuestra voz, ustedes también pueden», afirmó.

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