La niñez en Venezuela ha sido una de las grandes afectadas por la crisis humanitaria que atraviesa el país. 

Las calles de Ciudad Guayana se han convertido en el campo de trabajo de muchos de ellos, sin acceso a educación, salud, alimentación y entretenimiento.

La falta de políticas públicas en torno a la protección de niños, niñas y adolescentes en Venezuela, ha derivado en la vulneración de los derechos de estos menores.

Un grupo de menores en situación de calle, entrevistados por el equipo de Nueva Prensa Digital, confesó sentirse obligados a  trabajar, para llevar el sustento diario a sus hogares.

Aunque actualmente no existen cifras oficiales que reflejen esta realidad, en 2019 la vicepresidenta de la Comisión Permanente de Familia de la Asamblea Nacional, Karim Salanova, indicó que 966.200 niños se encontraban -en ese momento- en situación de calle, en todo el territorio nacional. Cuando el mandatario Hugo Chávez llegó al poder, la cifra era de 4 mil, según declaraciones del propio presidente. 

La más reciente Encuesta de Condiciones de Vida, preparada por la UCAB, apunta que en 2022, la pobreza afecta a 81,5 % de la población, es decir, ocho de cada diez venezolanos no cuentan con los recursos suficientes para adquirir la canasta básica: una realidad palpable en las calles de Ciudad Guayana.

A pesar de que, la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (LOPNNA) no admite ningún trabajo infantil que pueda entorpecer su educación, para el Gobierno esta realidad es invisibilizada.

Remuneración económica

Habitualmente se ven grupos de más de cinco menores concentrados en los semáforos de la ciudad, los cuales se dedican a limpiar vidrios de vehículos para ganarse entre 1$ o 2$  diarios.

«Aquí ganamos 15 o 20 bolívares, depende de cuántas personas nos colaboren y nos dejen limpiar sus vidrios», dijo uno de los menores, certificando que ya la mayoría de personas no los dejan acercarse a sus vehículos.

También es cotidiano observar a niños, niñas y adolescentes deambulando en centros comerciales, donde por su afluencia de personas, aprovechan para pedir restos de comidas, hurgar entre la basura o pedir dinero a quienes transitan por estos espacios.

Responsabilidades 

Aunque se haya avanzado social y legalmente para evitar el indigno trabajo infantil. Aún existen menores que dejan a un lado sus derechos, como jugar, estudiar, ser escuchados y estar protegidos; para asumir responsabilidades laborales.

Menores de edad ubicados en diferentes semáforos de Puerto Ordaz, declararon al equipo de Nueva Prensa Digital su deseo de continuar estudiando, sin embargo, se sienten obligados a trabajar.

«No estudio porque debo ayudar a mi mamá, antes yo estudiaba. Pero desde que quedamos solos mis hermanitos y yo, con mi mamá, dejé de hacerlo», comentó un menor de nueve años de edad, quien aún vive con el deseo de regresar al colegio.

Derechos humanos

El coordinador general de la ONG Centros Comunitarios de Aprendizajes (CECODAP), Carlos Trapani, declaró de forma detallada la importancia de que un país cuente con políticas públicas para la infancia.

El principal objetivo de estas políticas es que permitan una solución efectiva a los problemas que puedan presentar los niños, niñas y adolescentes de Venezuela.

«Las medidas establecen que el Estado debe garantizar a los menores salud, educación y comisiones de seguridad para que los niños puedan preservar sus derechos», afirmó en una entrevista para la agencia de noticias EFE.

Igualmente, indicó que una de las principales dificultades en materia de trabajo infantil es la falta de cifras oficiales, para saber cuántos menores están laboralmente activos.

Trapani hizo hincapié que hablar de los derechos de los niños no es una lista de buenos deseos ni buenas intenciones, sino que son obligaciones que desde el Estado se deben formular políticas públicas que den respuestas ante una problemática.

Emergencia humanitaria

La situación venezolana demuestra que los niños también forman parte de los afectados de la emergencia humanitaria compleja.

La alimentación, la educación, el sano esparcimiento, y una larga lista de derechos humanos no se cumplen para esta población significativa del país.

El trabajo infantil es un problema que claramente traerá consecuencias en el futuro de Venezuela.

 

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