Lisboa.-Los portones de la antigua capilla de Nuestra Señora de Nazareth de Lisboa abren desde hoy una entrada al mundo onírico de Tim Burton, para echar una ojeada a los secretos que se esconden detrás de las marionetas de algunos de sus filmes de animación más sonados.
La novia cadáver (2005) y Frankenweenie (2012) son las protagonistas de la exposición sobre el cineasta estadounidense que acoge el Museo de la Marioneta hasta el próximo 19 de abril bajo el título «Las marionetas de animación», con motivo del 20 aniversario del festival de animación Monstra de Lisboa.
La capilla, que forma parte del antiguo convento donde está instalado el museo, se ha sumido en las tinieblas para recrear la mística del característico mundo creado por el director y trasladar al visitante a su universo.
«Tenemos aquí una especie de templo que tiene que ver con el universo del propio Tim Burton», explica a Efe el director artístico de la muestra, Fernando Galrito.
En medio de la oscuridad, los puntos de luz iluminan las piezas de la exposición, entre las que figuran dibujos originales de la concepción del gato vampiro de «Frankenweenie»; moldes utilizados para animar el pestañeo de Victoria, de «La novia cadáver», o marionetas de los protagonistas de esta cinta, Víctor y Emily.
Los entresijos del proceso de animación quedan a la vista en el cráneo de una marioneta de Victoria, abierto por la mitad y situado junto a una lupa para poder observar el mecanismo, como si de un reloj se tratase, que obra la magia que después se ve en pantalla.
Lo mismo ocurre con las patas de un cuervo de la misma película, modeladas en 34 posiciones diferentes con las que el animador consigue después dar movimiento a las acciones del personaje.
El Museo de la Marioneta ha querido también situar a los personajes en su propio mundo.
«Hemos recreado algunos espacios escénicos que, no siendo copias de la realidad de las películas, intentan remitir a ese espacio, para que los personajes se sientan de alguna forma en casa», refiere el director artístico.
Uno de esos espacios está en la parte dedicada a «Frankenweenie», con marionetas de varios personajes situados en torno a la tabla de planchar en la que Víctor hace sus experimentos.
Así, el espectador «se transporta más fácilmente» al universo de Burton, que propone un encuentro de contrastes y del choque entre el mundo real y el imaginario, el de los muertos.
«Las películas de Tim Burton no sólo nos llevan a un mundo onírico sino que también nos transportan y nos proponen un encuentro con nosotros mismos y con el otro», destaca Galrito, que considera que la animación no sólo «completa» al cineasta de una «forma más profunda» como creador sino que además es el medio que le permite transmitir mejor su pensamiento y su creatividad.
La figura del propio director está presente en la muestra a través de una marioneta del robot que se utilizó para promocionar la exposición «World of Tim Burton» («El mundo de Tim Burton»), que ha recorrido en los últimos años países como Estados Unidos, Alemania, Francia y Bélgica.
También hay dos marionetas, de un marciano desnudo y otro con un traje espacial, utilizados en la película «Mars Attacks!».
Las marionetas de la muestra fueron producidas por los estudios británicos Mackinnon & Saunders, que además de las obras de Burton, también ha trabajado en cintas como «Coraline», «ParaNorman» o «Isla de perros».
Se trata de la tercera exposición organizada por el museo en conjunto con el Festival Monstra, después de las muestras en 2008 sobre los hermanos Quay, referentes del stop-motion, y en 2019 sobre Wallace y Gromit, las estrellas de los británicos estudios Aardman.
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